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Equilibrio ante las crisis

Las familias tienen que adaptarse y tomar acción

Equilibrio ante las crisis
Las familias tienen que adaptarse y tomar acción

Como un funámbulo que trata de mantener el equilibro sobre una cuerda, así los integrantes de una familia que pasan por una crisis deben modificar sus acciones y adaptarse a los cambios y no mantenerse estáticos, consideró Gisel López Hernández, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, ante padres de familia del plantel Oriente.

Como parte de las actividades de Escuela para padres, organizadas por el Departamento de Psicopedagogía, la conferencia “Situaciones críticas en la familia” abordó los tipos de crisis que existen, sus afectaciones y, sobre todo, los recursos con los que puede contar una familia.

Crisis, explicó la especialista, significa separación, motor impulsor de cambios, y su impacto, a nivel familiar, “depende del significado que se le otorgue y de la capacidad adaptativa de cada uno de sus integrantes. La fortaleza de este conjunto de personas radica en adaptarse a los eventos nuevos”.

Estos periodos críticos aumentan la desorganización del sistema familiar. Los viejos modelos no son adecuados y emergen nuevas formas de relación, cambios en la estructura y reglas familiares. “Una familia en crisis no es necesariamente disfuncional o problemática”, señaló.

Asimismo, explicó que se dividen en dos clases: las crisis evolutivas y las circunstanciales. Las primeras son transitivas, es decir, llevan de una etapa a otra, están relacionadas con cambios biológicos, psicológicos, sociales, como puede ser un matrimonio, el nacimiento de un hijo, la llegada de la pubertad o el proceso de una jubilación.

Por otro lado, están las circunstanciales, las cuales son provocadas por hechos accidentales, tienen mayor costo para la salud y pueden ser de mayor duración y su recuperación puede ser más tardía.

Y los hay de diferentes tipos: de incorporación, cuando se integran nuevos miembros a la familia; están los de desmembramiento, como puede ser el divorcio, la muerte de alguien.

También de desmoralización, como puede ser el alcoholismo, la infidelidad, y de reorganización, sobre todo ante cosas que no se logran, por ejemplo, una pareja infértil.

 

Recursos

Las crisis exigen cosas nuevas y permiten identificar los recursos que se tienen en la familia. Entre las que se encuentran, la confianza entre sus integrantes, no necesariamente igual entre todos, pero sí saber con quién puede buscarse respaldo. “También está el afecto que, aunque parezca una obviedad, es un recurso que permitirá enfrentar situaciones nuevas”.

La cohesión se refiere al apoyo mutuo. La flexibilidad es la posibilidad de adoptar roles y reglas nuevas y adaptarnos. La permeabilidad es la apertura de la familia a otros sistemas, a instituciones, subsistemas, familias o amigos. En este aspecto se ubica la relación de la familia, la escuela y los jóvenes, de manera que se dé una formación integral, una responsabilidad compartida y colaborativa, es decir, una corresponsabilidad.

Adaptación y recuperación del equilibrio familiar son dos acciones que ayudarán a la familia en dichas situaciones difíciles, compartió, “para recuperar el equilibrio en movimiento es necesario identificar la fuente del estrés, analizar la situación como un asunto de toda la familia (compete a todos para que funcione) y redimensionar, es decir, manejando el significado y gravedad de la situación”. 

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