¿Sabías que apaxtleco, chilpaya, escuchito, lajoyero, gordo, mirasol, parado, nanche shuladi, solterito, tecpin y tusta forman parte de las más de 64 variedades de chile que existen en México y las más conocidas son el serrano, jalapeño, guajillo, pasilla, habanero, de árbol y manzano?
En el marco del evento “¡Al chile, háblame del chile!”, la secretaria técnica del Siladin del plantel Sur, Noemí Claudia Saavedra Rojas, explicó la importancia del chile como elemento de identidad cultural, así como otras perspectivas encaminadas a la química con relación a sus compuestos; la diversidad biológica y variedades en México; características físicas; y el arte mediante los caligramas, entre otros aspectos.
Este encuentro fue organizado por el profesor Pável Castillo Urueta y ConCiencia Violeta, junto con la académica, por lo que se presentaron conferencias, un stand up titulado “Picante pero sabroso”, se celebró el taller “Caligrama ¿del que pica o no pica?”, y el taller de salsa oaxaqueña mixe, entre otras actividades.
Como parte de la exposición de las variantes del chile, Saavedra Rojas reveló que se han realizado investigaciones en torno a este alimento y se detectaron algunos beneficios, entre ellos, el efecto anticancerígeno de la capsaicina, ya que su compuesto detiene la división celular de algunos tipos de cáncer como el de próstata y pulmón.
“Tiene un efecto antiobesidad y disminuye el hambre, otra acción es antimicrobiana y actúa contra la bacteria E.coli y salmonela, además de poseer un efecto analgésico y antioxidante, entre otros. También es fuente de minerales y vitaminas, sodio, magnesio, fósforo, hierro y zinc. Es interesante ver que algo que comemos puede tener un efecto protector a futuro”, dijo la profesora.
Por otra parte, reiteró que el chile está presente en la gastronomía mexicana: “de las 64 especies que tiene nuestro país, 25 están directamente relacionadas con la gastronomía mexicana, entran en algún guiso y el evento se enmarca dentro de este mes patrio (…) el chile es un regalo de México para el mundo”.
Saavedra Rojas explicó que algunos de los chiles no son comunes, pero sí importantes porque de ellos se extraen algunos componentes como la capsaicina: “se obtienen pigmentos y éstos se utilizan, por ejemplo, para la cría de pollos, de ahí su color de piel amarilla (…) también se extrae la luteína, responsable de los colores de diferentes variedades de chiles”.
Por último, expuso que “la producción de chiles en el centro del país es muy variada debido a la confluencia de dos zonas biogeográficas: la neártica y neotropical, y da esta abundancia en cuanto a las especies. Si ubican en el mapa de México, las cocinas más variadas están hacia el sur del país: la cocina poblana, oaxaqueña, la veracruzana y de la península de Yucatán y esto tiene una relación directa con el aspecto cultural”.