Aunque las autoridades sanitarias del gobierno federal han anunciado la reducción de contagios y fallecimientos causados por el Covid-19, este tema no debe perderse de vista, pues sigue causando estragos y secuelas en gran parte de la sociedad, una de ellas son los procesos de duelo que se viven en el núcleo familiar y social.
En ese contexto, profesoras y profesores del Área de Ciencias Experimentales organizaron la decimaoctava edición Foro Ciencias y Humanidades, en la cual se abordaron aspectos de carácter emocional derivados de la pandemia, el reto de enseñar en tiempos pandémicos, oportunidades de nuevas herramientas y formas de trabajar y habilidades para la enseñanza, pero, sobre todo, para la vida.
Edith Catalina Jardón Flores, secretaria Académica, en representación de la titular del plantel, Patricia García Pavón, felicitó a los organizadores de la actividad que recoge experiencias, formas y estrategias que han utilizado las y los estudiantes, así como la planta docente, para enfrentar este trance que paralizó la mayor parte de nuestras actividades, entre ellas la educación.
En la primera charla, la profesora Nohemí Espinosa Vélez se refirió a “El duelo, un proceso a tratar por el bien de todos”, y lo definió como el conjunto de procesos psicológicos que se producen ante la pérdida de un objeto o persona, que llevan a renunciar a él o ella. Es la respuesta emocional de una persona ante la experiencia de una pérdida.
La profesora en educación preescolar por la Secretaría de Educación Pública y psicóloga por la UAM destacó que el luto es el proceso de adaptarse a la vida después de la pérdida y se ve influenciado por la sociedad, cultura y religión de la persona. El pesar, dijo, es el estado de haber experimentado una pérdida, una de las experiencias más doloras de vivir para el ser humano e incluso de atestiguar, porque nos sentimos impotentes para ayudar.
Sobre las distintas etapas del duelo, recordó que la primera reacción es la negación, luego vendrán el miedo, la ira, el enojo, la negociación y la depresión, ésta ya como una enfermedad crónica en la que surge desesperanza, desaliento y tristeza, por lo que debe brindarse atención especializada. La última fase es de adaptación, donde las personas encuentran resignación.
“Lo bueno, lo malo y lo feo de la pandemia en los adolescentes”, estuvo a cargo de la maestra Betsabé López.
