Aborda la vida y trabajo del biólogo y las dificultades que enfrentó por su teoría

Fundación UNAM presenta documental

Aborda la vida y trabajo del biólogo y las dificultades que enfrentó por su teoría

Fundación UNAM presenta documental
Aborda la vida y trabajo del biólogo y las dificultades que enfrentó por su teoría

En el marco de los 30 años de Fundación UNAM, se proyectó el documental La peligrosa idea de Darwin II, a través de sus redes sociales. En esta producción se relata cómo sus pensamientos revolucionarios transformaron la forma de ver nuestra existencia y la del resto de los seres vivos, recrea cómo era su vida: un hombre de familia, respetable, que se arriesgó en su época al tener ideas contrarias al canon científico establecido.

Se retrata cómo el naturista británico tuvo que ocultar, por un tiempo, sus ideas respecto a la selección natural de las especies, pues sostenía la posibilidad de que los seres vivos tuvieran un pasado en común, cuyas características se desarrollaban a través de varias generaciones, hasta llegar a ser la especie que hoy en día conocemos.

A lo largo del documental se desglosan las ideas de Darwin, como el desgarre de un ojo, y se destacan sus imperfecciones. Se comenta que la evolución comienza con lo que ya existe, lo remienda y lo modifica, pero no puede hacer un gran diseño nuevo; por ejemplo, cálculos de investigaciones de la Universidad de Suecia afirman que la evolución del ojo ha llevado medio millón de años.

También se muestra el difícil momento que vivió Darwin cuando falleció su hija pequeña, lo cual destruye su cristiandad.

Se aborda la publicación de un libro de otro naturista, Alfred Wallace, y las coincidencias que tiene con el Origen de las especies, que aún no se publicaba; “es un compendio de mi libro”, afirmó un sorprendido Darwin.

La historia recrea las reacciones que provocó El origen de las especies cuando se publicó y fue duramente criticado, porque se afirmaba que en éste se borraba la existencia de Dios, sus colegas decían: “no aceptaremos teorías de que el hombre proviene del mono”.

En su libro, Charles Darwin considera que las distintas especies tienen un ancestro común, concepto incompatible con la palabra Dios, la selección natural niega la existencia de un creador. Se afirma que, desde su publicación, a sus colegas no les interesó el tema de la evolución, ni la existencia por una ley natural, ni cómo se mueven los planetas, sino del alma humana, porque si no somos distintos de los animales, no alcanzaremos el cielo, entonces ¿por qué no nos comportamos como el resto de los animales?

Cuando en el siglo XIX afirma que el hombre y el mono estaban relacionados, la declaración fue audaz , pues no había evidencia científica; pero actualmente se ha fortalecido esa teoría, las pruebas fósiles de ancestros humanos que tenían facciones similares a los simios, establecieron la posibilidad de que los simios y humanos tengan ancestros comunes.

En los últimos años, los nuevos datos confirman una relación cercana entre ambas especies. Al hacer las comparaciones de ADN, se establece que el del humano y el del chimpancé son iguales un 98 por ciento, ambos tuvieron un ancestro común hace millones de años.

Se afirma que las similitudes son extraordinarias, pero también hay diferencias notables, la razón es muy simple: la línea de evolución de dónde surgimos llevó, por razones que apenas empezamos a entender, a un desarrollo explosivo de la capacidad mental y la selección natural favoreció la evolución de organismos que pudieran comunicarse, manipular símbolos y construir un lenguaje.

Se remarca que la gran idea de Darwin es una explicación maravillosa que nos demuestra que estamos unidos con todas las formas de vida en este planeta. Cuando Charles Darwin murió en 1882 lo reconocieron y enterraron junto a Isaac Newton.

Luis David Alcaraz, de la Facultad de Ciencias, y Constantino de Jesús Macías García, del Instituto de Ecología de la UNAM, aportaron comentarios acerca del documental y respondieron a preguntas del público. Alcaraz habló de cómo se da la selección natural.

“Darwin estableció bases, pro hay huecos, ahora podemos entender la evolución a través de los genes y sus variaciones, tenemos los mismos genes desde el último ancestro. Todos tenemos una unidad genética que compartimos con todos los seres vivos, pero un alíen no podría vivir aquí en la Tierra, porque no lo tiene”.

Por su parte, Macías García, a distancia desde Canadá, habló acerca de que la evolución y la adaptación son elementos inseparables. Mencionó que no puede ocurrir adaptación con frecuencia: “hay un libro que habla de cómo medir la selección natural, en el que se afirma que puede haber adaptación de una generación a otra, pero para que ocurra evolución, tiene que haber adaptación en la misma dirección a lo largo de mucho tiempo para que cambien las frecuencias de los genes en la población, lo suficiente para que no haya marcha atrás, entonces mientras no cambien lo suficiente, siempre se podrá regresar al mismo lado y no habrá evolución”, finalizó.

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