pagina 34b

Un espacio de divulgación científica

Las y los jóvenes pueden observar y estudiar fósiles, rocas y minerales

Un espacio de divulgación científica
Las y los jóvenes pueden observar y estudiar fósiles, rocas y minerales

Lo que inició como una recopilación de ejemplares de rocas, minerales, incluso fósiles que ocupaban algunos profesores del Área de Ciencias Experimentales en sus clases, poco a poco se configuró como un espacio de divulgación científica y descubrimiento de vocaciones, de la mano de los profesores Taurino Marroquín Cristóbal y María Luisa Lizcano Silva, ambos del plantel Naucalpan.

Es el Rincón de Mineralia, ubicado en el Siladin de dicho centro escolar, un espacio que alberga más de mil 500 piezas entre fósiles, rocas y minerales, gracias a la donación de piezas por parte de los responsables y de otros académicos, y que busca, a través de su estudio, contribuir en el “desarrollo del proceso cognitivo, actitudinal y valores en la enseñanza y aprendizaje de los alumnos”, señaló Marroquín Cristóbal.

De manera particular, detalló, los conocimientos sobre estos recursos naturales apoyan las asignaturas de Química II, Unidad 1. Suelo, fuente de nutrientes para la planta; y Química III, Unidad 2, Del mineral al metal. Además, desarrollar la cultura científica de los estudiantes y orientar sus vocaciones hacia el estudio de las ciencias.

Los minerales, señaló, son la materia prima para la industria minera metalúrgica y éstos se extraen del subsuelo, se clasifican en función de sus propiedades químicas, y su estructura cristalina (cristaloquímica).

No obstante, los minerales y las piedras preciosas, “por su belleza cristalina, colores, brillo, han inspirado a personas dando efectos esotéricos, con el manejo del flujo de energía positiva para mejorar la salud. También, en el arte popular los minerales inspiran a crear poesía y canciones hacia la mujer en analogía con las piedras preciosas”.

 

Estructura

El acervo, que está al alcance de la comunidad cecehechera, se encuentra distribuido en fósiles, rocas y minerales, estos últimos se clasifican (de acuerdo con Strunz) a partir de su composición química, propiedades físicas y cristalografía. La Clase I corresponde a los elementos nativos, aleaciones, carburo, nitruros y fosfuros, que se encuentran en la naturaleza en ese estado.

El académico precisó que la Clase II se refiere a los Sulfuros, seleniuros, arseniuros, antimoniuros y bismuturos, y para identificarlos se agregan unas gotas de ácido clorhídrico y si éste hace efervescencia y huele feo, indica la presencia de sulfuro.

La Clase III es de los llamados Haluros, los cuales tienen una forma cristalográfica bien definida, y son solubles en agua.  La Clase IV es referente a los óxidos e hidróxidos, mientras que la Clase V son los nitratos, carbonatos y boratos, que son identificados con aplicación de ácido clorhídrico, si hay efervescencia y no huele feo, significa que hay presencia de los carbonatos y nitratos.

Por otro lado, está la Clase VI, correspondiente a los sulfatos, teluratos, molibdatos, cromatos y wolframatos; la Clase VII se refiere a los fosfatos, arseniatos y vanadatos; la Clase VIII a los silicatos, uno de los más abundantes de la naturaleza, aquí están los famosos cuarzos; y en la Clase IX se encuentran las sustancias de origen orgánico, como es el ámbar, incluso corales y perlas.

 

Aprendizajes

Los responsables comentaron que los jóvenes que se acercan a este espacio no sólo podrán observar y apreciar cada uno de los ejemplares expuestos, sino que también podrán participar en su clasificación e identificación.

Entre las actividades que realizan están: cápsulas informativas, cartas descriptivas, divulgación del Rincón de Mineralia en las redes sociales y otros planteles, así como la digitalización de la información de cada pieza.

“Buscamos que los jóvenes se enamoren de estas especies, las valoren y sean motivo de otras investigaciones. Algunos de los estudiantes han llevado su interés más allá de los salones de clase; por ejemplo, muchos indagaron en qué zona del país se han localizado más ejemplares de fósiles; a partir de lo que encontraron realizaron infografías, carteles y presentaciones, es decir, aplicaron uno de los pilares del CCH: el aprender a aprender”, concluyó Lizcano Silva. 

Compartir: