Con un total de 16 ganadores en cinco categorías, el Colegio de Ciencias y Humanidades se coronó campeón indiscutible del certamen sobre un tema clásico griego, latino o grecolatino, nivel bachillerato, convocado en el marco del “XVI Congreso Internacional de Estudios Clásicos de la Federación Internacional de Asociación de Estudios Clásicos” (FIEC).
“La Universidad, desde sus institutos, se está retroalimentando de sus jóvenes, los está sumando a un proceso de conocimiento y de amor a las culturas clásicas, y de construcción de éstas con lo nuevo”, expresó el director general del CCH, Benjamín Barajas Sánchez, al participar en la ceremonia de premiación, realizada el pasado 5 de agosto.
Tras agradecer al Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) por la invitación a un evento de relevancia internacional, el directivo auguró que los ganadores serán los próximos investigadores de los estudios clásicos, que llegarán un día a ese instituto, en una especie de círculo virtuoso.
Recordó que, desde su fundación, el Colegio incluyó la lectura de clásicos griegos y latinos y que actualmente se mantienen cuatro asignaturas de latín y griego, a las que se incorporan un promedio de mil 600 jóvenes en cada generación. “Nunca nos han dejado de sorprender, sin duda, son la razón de ser de la UNAM”. Para concluir, felicitó a los profesores que asesoraron a los estudiantes y les expresó su admiración.
Al hacer uso de la palabra, María Teresa Galaz Juárez, directora del Centro de Estudios Clásicos y presidenta del Congreso, subrayó el interés particular de la maestra Aurelia Vargas Valencia, representante de la Asociación Mexicana de Estudios Clásicos (AMEC) ante el Congreso, para que se incluyera la participación de los jóvenes del bachillerato, y así fortalecer el vínculo con los institutos. “Lo más importante es que los chicos se sientan parte de la UNAM”, dijo.
En su intervención, María Dolores Valle Martínez, directora general de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), se dijo contenta de ver que los jóvenes se interesan por los estudios clásicos, y que a pesar de la pandemia, hayan participado en dicho certamen. “Felicidades por el entusiasmo demostrado, ya que evidencia que están preocupados por su formación y por aprender más estas lenguas que son indispensables en todas las asignaturas”.
Por su parte, Manola Giral de Lozano, titular de la Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios de la UNAM, consideró al sistema de bachillerato como un grupo que lo une la sinergia, tanto las escuelas nacionales Preparatoria y Colegio de Ciencias y Humanidades, el Bachillerato a Distancia y la DGIRE.
Agradeció la invitación del IIFL a los estudiantes del nivel medio superior universitario, de los jóvenes destacó que, pese a la pandemia, participaron en un concurso de esta magnitud. Aseguró que se mantendrá la confianza en ellos. También se refirió al trabajo de los docentes, quienes fueron clave para motivar a los chicos en una situación adversa, así como el acompañamiento de los padres de familia.
En tanto, David García Pérez, director del Instituto de Investigaciones Filológicas, expresó que para el IIFL tener gente joven es revitalizante, por lo que los ganadores son el futuro. Aseguró que con esta actividad la UNAM hace comunidad. Finalmente, llamó a los ganadores a no desaprovechar su estancia en la Universidad y a estudiar el lenguaje, la palabra, que es lo básico ya que “nosotros somos lenguaje, palabra”.
Ganadores
En la ceremonia, efectuada en el Aula Magna del IIFL, los cecehacheros premiados fueron, con primeros lugares: Ariadna Cleofas Villanueva, del plantel Oriente, en la categoría Arte manual, dibujo, por su trabajo La Gorgona, Medusa, que presentó bajo la asesoría de la profesora Ixchel Tatiana Caldera Chapul.
Miriam González Lemus, del plantel Sur, se llevó la categoría Arte manual, instrumentos bélicos, con el trabajo Armadura troyana, asesorado por la profesora Dina Eugenia Hernández Ulloa, y Diana Paola Peralta Rodríguez, del plantel Oriente, en la categoría Arte digital, infografía, por su trabajo: Época clásica, que supervisó el profesor Alejandro García Casillas.
Con distinción de segundo lugar fueron reconocidos: Valeria Yamile Machuca Aquino y Kevin Ignacio Tolentino Sánchez, en la categoría Creación literaria, poesía, por el trabajo: Oscura primavera; Anette Contreras Lorences, en la categoría Arte manual, dibujo; por Roma resurge de los escombros troyanos, y Katherine Alejandra Román Corona, en Arte manual, pintura, por La Unión; todos ellos del plantel Oriente, asesorados por el profesor Alejandro García Casillas.
Con el mismo premio se galardonó a las alumnas Katia Sofía Zorea Sibaja, del plantel Naucalpan, en la categoría Creación literaria, cuento, por Florecimientos de melancolías, que asesoró la profesora Rita Lilia García Cerezo, y a Hannia Denisse Velázquez González, de Oriente, en la categoría Arte digital, infografía, por Erontes, que dirigió la profesora Ixchel Tatiana Caldera Chapul.
Lograron terceros lugares los estudiantes del plantel Oriente: Circen Abril Cruz Arellano, en la categoría Creación literaria, cuento, por Una maldición sin fin; Judith Jamileth Maldonado López, en Creación literaria, poesía, por Pegaso, el caballo indomable; Luis Gael Peña Becerril, en Arte manual, dibujo, por Grecia antigua; Naomi Abigail Ochoa Molina, en Arte manual, pintura, por Amando la creación, y Óscar Damián López Vargas, en Arte digital, infografía, por Asclepio, todos asesorados por el profesor Alejandro García Casillas.
A la lista se sumó Andrea Núñez Cruz, del plantel Vallejo, en la categoría Arte digital, elaboración de historieta, por Historia de Psique y Cupido, asesorada por el profesor Diego Arista Saavedra, y la alumna Jazmín Berenice Castillo Nequiz, del plantel Oriente, quien obtuvo un reconocimiento especial en la categoría Arte digital, infografía, por Filósofos y el concepto de la felicidad, también asesorada por García Casillas.
Estudiantes maravillosos
Al respecto, el profesor Alejandro García Casillas, del plantel Oriente, el más galardonado de la ceremonia, aseguró que concursar en eventos internacionales es para los estudiantes un incentivo para que después, en su formación a nivel universitario o de posgrado, no tengan temor de participar y sepan que pueden estar a la altura de lo que se hace en otra parte del mundo.
Es ahí donde entra la función del profesor, señaló, ya que hay que darles a conocer las opciones que tienen, descubrir sus capacidades, los recursos, “son estudiantes maravillosos que pueden hacer las cosas por sí mismos”. Además, reconoció que fue un gran reto la distancia, pero con su energía, los jóvenes “nos enseñaron que las cosas, aunque sean difíciles, se pueden hacer. Aprendimos mucho de ellos”, aseguró.
También de Oriente, la maestra Ixchel Tatiana Caldera Chapul, se dijo emocionada y contenta de haber compartido con sus estudiantes esta experiencia: “Me llena de satisfacción y alienta mi labor docente (…) los chicos, sin duda, superaron mis expectativas, sobre todo en pandemia”.
UNAM, anfitriona de la FIEC
“Los estudios clásicos y el continente americano. Otros ojos mismo canon” fue tema del “XVI Congreso Internacional de Estudios Clásicos” de la Federación Internacional de Asociaciones de Estudios Clásicos (FIEC), que por primera vez se realizó en México, bajo los auspicios de la UNAM, encabezada por el Instituto de Investigaciones Filológicas, el Colegio de Ciencias y Humanidades y la Escuela Nacional Preparatoria.
A lo largo de cinco días, estudiosos e investigadores de las letras y la cultura clásica grecolatina se reunieron para atender a las nuevas lecciones que los clásicos tienen para los distintos escenarios sociales, políticos y económicos que se desarrollan, en 12 conferencias magistrales, 8 plenarias y 72 sesiones que giraron en torno a la Apropiación e identidad, Negociación y subversión, Imperialismo y emancipación, Materialidades y textualidades, Discursos sobre géneros literarios, Discursos sobre la naturaleza y el cuerpo y Discursos de globalización y regionalismo.
Al inaugurar la actividad, Guadalupe Valencia García, coordinadora de Humanidades, expresó que esas jornadas de trabajo atenderían “no sólo los estudios propios de la cultura clásica grecolatina, sino los asuntos actuales, como la globalización, la xenofobia, la identidad, las inequidades, la vejez, la jurisprudencia o los estudios de género, desde la misoginia, el empoderamiento de las mujeres, incluso la ginecología, temas que son importantes para la Universidad”.
Tras dar la bienvenida a directivos universitarios, confió en que el Congreso reuniría pasado, presente y futuro, ya que con la tecnología se debatirá desde distintos puntos y se proyectarían conclusiones para los encuentros del mañana.
David García Pérez, director del Instituto de Investigaciones Filológicas, destacó el profundo trabajo de organización que tuvo el Congreso y resaltó la riqueza de sus discusiones, “ojalá que la medición del canon, desde la realidad y la utopía americana, desde la identidad irrenunciable de cada pueblo (…) que nutre sabiamente el pensamiento, desde la individualidad que nos identifica como seres humanos y la colectividad que nos permite vivir, sobrevivir (…) originen la necesaria dialéctica que lleve al nuevo conocimiento”.
Tras dirigirse a los participantes de distintas latitudes, que seguían la transmisión en línea, y de recordar brevemente que la FIEC ha llegado a sus siete décadas de vida, Martha Patricia Irigoyen Troconis, vicepresidente de la Federación, y coordinadora general del Congreso, subrayó que el propósito de éste es voltear a ver hacia el continente americano.
Primer Tratado jurídico en América
Para inaugurar las actividades, la académica de la Facultad de Filosofía y Letras, Carolina Ponce Hernández, dictó la conferencia magistral “Defensa de las mujeres de los pueblos originarios en la obra de Fray Alonso de la Veracruz”, en la cual resaltó la visión del religioso en torno al matrimonio a la luz de la libertad, la equidad y la igualdad.
A través del tratado “Espejo de matrimonios”, el primero de tipo jurídico en su tipo en América, el fraile agustino puso en contraste lo que sucedía tanto en Europa como con los pueblos indígenas.
“En él convergen todos los conocimientos que tenía fray Alonso, quien investigó profundamente sobre el matrimonio en Europa y su realidad en este nuevo mundo, sobre todo con los indígenas de la parte del centro, los mexicas, y también en Michoacán, con los purépechas, para ponerlos uno frente al otro como espejo, y decirnos, cómo piensa él, y qué debe ser esa igualdad, libertad, equidad”, consideró.
El tratado respondió a la solicitud de 1552, hecha por Felipe II a teólogos, juristas y canonistas, de presentar un foro contencioso de causas matrimoniales entre indios y españoles, a fin de presentar directrices para resolver los numerosos problemas que se presentaban en el nuevo mundo. La obra fue impresa en México en 1556.
El tratado, refirió la estudiosa, fue catalogado por Miguel León-Portilla como necesario para entender el encuentro de dos mundos. Se imprimió tres veces, en 1556, 1562 y 1572 (la más conocida y estudiada). Para su elaboración, el fraile leyó a autores clásicos antiguos y medievales, juristas, teólogos, filósofos, historiadores y estudiosos de su tiempo, entre ellos, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino y la Biblia, entre otros.