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No son seres inferiores

Es importante cambiar la forma en la que vemos a las especies

No son seres inferiores
Es importante cambiar la forma en la que vemos a las especies

Itzcóatl Maldonado Reséndiz presentó su charla “Responsabilidad animal” en el plantel Oriente, donde reflexionó sobre las obligaciones que tenemos con los animales, ya que se debe respetar sus derechos y proteger su vida.

Para iniciar esta actividad, el secretario Académico del Programa Universitario de Bioética (PUB) aseveró que muchos seres humanos no se consideran como parte del reino animal, pues “equivaldría a considerarse como creaturas irracionales, inferiores y tiene un enfoque peyorativo, pero esto obedece a ideas antiguas y obsoletas”.

El especialista comentó que dicha noción pretende colocarnos por encima de los animales, pero tiene un origen histórico, lo que ha justificado usar a los otros seres vivos para cubrir nuestras necesidades, tanto básicas —por ejemplo, la alimentación—, como no esenciales, como emplearlos para divertirnos. En este sentido, “solo nos preocupamos por su bienestar en tanto nos sirven y nos proporcionen alguna utilidad”.

“En la Grecia antigua, Aristóteles diseñó la pirámide de los especímenes, donde el ser humano se encontraba en la cúspide por considerarlo superior, mientras que los animales, vegetales y minerales se encontraban debajo. Esto es una visión antropocéntrica que ha provocado el desprecio hacia las demás especies”, explicó.

Al comentar sobre la tradición judeocristiana, el especialista en Medicina y Cirugía en Fauna Silvestre aseveró que se enfoca en presentar al humano como “el rey de la creación”, pues se afirma que está hecho a imagen y semejanza de Dios, lo que le otorga derechos sobre todos los demás seres vivos y recursos naturales y reafirma su “derecho” a dominar.

A pesar de ser vistos peligrosos y nocivos, afirmó Maldonado Reséndiz, “los animales solo intentan sobrevivir en contextos donde, poco a poco, se les ha robado su hábitat, pero seguimos pensando que se roban nuestra comida, que invaden nuestros espacios o que nos atacan irracionalmente, cuando solo se defienden. Incluso, los consideramos plagas”.

Por lo anterior, hizo un llamado para cambiar la forma “en cómo vemos y nos relacionamos con los animales, ya que solo buscan obtener recursos y espacios para vivir. Un ejemplo es la fauna que vive en nuestro plantel y que incluye distintas especies de mamíferos, reptiles, aves, insectos y, lo más representativo, las tuzas”.

“Debemos asumirnos como parte del reino animal y que la única diferencia radica en el grado de complejidad biológica; es necesario reconocer que todos somos criaturas sensibles, con capacidad de sufrir. Esto permitirá transitar por los niveles de consideración moral hasta llegar al zoocentrismo, es decir, el cuidado de los animales”.

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