En el Primer Encuentro IntraCCH de Profesores del Área de Talleres de Lenguaje y Comunicación, Carlos Lomas expuso la conferencia “Leer para escribir, escribir para ser leídos (y leídas)”, experiencia didáctica realizada en Gijón, con estudiantes del último año de educación obligatoria (cuya equivalencia en México es el primer año de bachillerato). Los textos de los adolescentes de 15 y 16 años se recogieron en un libro difundido en redes sociales.
“Los jóvenes vivieron la experiencia de escribir no sólo como una tarea escolar, sino como una actividad comunicativa y funcional, sintiéndose parte de una comunidad escolar y letrada, que intercambian y comparten significados a través del uso expresivo y comprensivo de la escritura”, señaló el filólogo.
El docente citó al escritor Juan José Millás: “No se escribe para ser escritor ni se lee para ser lector. Se escribe y se lee para comprender el mundo. Nadie debería salir a la vida sin haber adquirido esas habilidades básicas”. Y afirmó que conviene entender que al enseñar a leer, a entender y a escribir, la escuela no sólo contribuye al aprendizaje escolar de los contenidos educativos, pues los estudiantes también aprenden a usar el lenguaje escrito como herramienta de comunicación entre personas y culturas.
Y concluyó: “Como dijo Juan Mata, muchos profesores no han asumido que su misión es formar lectores; obviamente, tenemos un poder con límites. La educación habita entre el deseo y la realidad, entre lo que podría hacerse y lo que en verdad puede hacerse”.
