Desfile de modas ecológico

Desfile de modas ecológico

Presentan en el DEOM varias propuestas innovadoras

Desfile de modas ecológico
Presentan en el DEOM varias propuestas innovadoras

Un vestido fabricado a partir de residuos de planta de alcachofa o de cáscaras de cacahuate y tomate, una camisa hecha con desperdicios de frutas como melón y mandarina, o un pantalón de mezclilla artesanal y de restos de prendas recicladas… No estamos hablando de cómo podría ser la ropa en el futuro para volverla sustentable, es ya una realidad cuando se juntan las voluntades de innovar y respetar al planeta.

Como parte de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia de CulturaUNAM, realizado a finales de mayo, se organizó el desfile de modas ecológico DEOM. Diseño, Escena y Otras Materialidades, en el que la ciencia, el diseño y la producción artística se conjugaron para mostrar diversas opciones sustentables aplicadas a la fabricación de ropa y de vestuarios empleados en espectáculos de ópera, danza y teatro.

La industria textil es la segunda más contaminante del mundo, después de la petrolera. Por eso es urgente que sus procesos y materiales sean más amigables con el medio ambiente, pero también que nosotros, como consumidores, además de no adquirir prendas innecesarias por moda o vanidad, pongamos atención en el origen de los productos y en sus posibilidades de degradación natural o de reciclaje.

Como el Festival El Aleph este año tuvo una perspectiva ecológica, invitó a profesionales del diseño de moda y a estudiantes de las principales universidades mexicanas, en donde se estudia esta disciplina, a que propusieran opciones de ropa sustentable, en particular vestuario para las artes escénicas, a fin de que las presentarán en un desfile inédito en el país.

El resultado fue DEOM, en donde se pudieron ver en la pasarela una armadura para la ópera Turandot, de Puccini, hecha con un sustrato proveniente del desperdicio de frutas; el tutú para Odette y Odile, el cisne blanco y el cisne negro del ballet El lago de los cisnes, de Chaikovski, fabricado con bioplásticos que contienen gelatina y glicerina; o el vestuario para el personaje de Tatiana de la obra Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, compuesto de fibras vegetales, alginato y tinte natural, entre otras creaciones.

Además del reconocimiento del público asistente por el diseño de la ropa -una vestimenta digna para montajes en los más prestigiosos escenarios-, las diseñadoras de moda y las expertas en biomateriales y textiles que trabajaron interdisciplinariamente para hacer posible estos modelos, se merecen otro gran aplauso por su apuesta para mejorar el planeta.  

Compartir: