En su más reciente número, Ergon, la revista de ciencia y docencia, aborda como tema central a Experimenta, proyecto de gran envergadura que involucró a especialistas e instituciones científicas y que nació con la idea de crear cuatro laboratorios especializados de Biología, Física, Química y Matemáticas para el bachillerato de la UNAM y escuelas incorporadas.
En la introducción de esta publicación, Francisco Fernández de Miguel, investigador del Instituto de Fisiología Celular-Neurociencias de la UNAM y personaje central del proyecto, detalla los avatares que se vivieron para lograr estos importantes espacios de estudio en beneficio de los estudiantes de bachillerato.
La edición número 6 de Ergon incluye 11 artículos, los cuales corresponden al número de proyectos de investigación realizados en Experimenta, con la colaboración de 30 autores y autoras del CCH y la ENP.
Entre los artículos resalta “Identificación de factores acelerantes de la descomposición de materia orgánica que agilizan la producción de biogás”, realizado por Ángel Ávila, María Rosa Loa y Viridiana Esquivel. Los investigadores señalan que, debido a la situación actual de la calidad del aire, se requieren proyectos ecológicos y autosostenibles, como es el caso de los biogestores.
En “Producción de etanol a partir de diferentes sustratos”, de las profesoras Dulce Parrales y Martha Hernández, se confirma la relación directa entre la producción de dióxido de carbono y la producción del alcohol mediante la fermentación de los diferentes sustratos utilizados.
En “Conductividad eléctrica en verduras de hoja verde: un bioindicador de la calidad y el método de cultivo”, Josefina Leal Quiroz, Leonardo Román Vargas y Taurino Marroquín, analizaron muestras de apio, espinaca y lechuga bajo tres sistemas de cultivo (hidropónico, orgánico y convencional) para comprobar su eficacia para la conductividad eléctrica.
En “Efectos de la temperatura en la frecuencia cardiaca de la pulga de agua Daphnia magna”, Ibrahim Castro y Nora Rodríguez observaron que la pulga de agua es un modelo para el estudio de cómo la temperatura ambiental influye en su frecuencia cardiaca y las posibles afectaciones a su ecosistema.
¿Se podrá encender un led con papas?
El experimento “Energía fotovoltaica como fuente lumínica sostenible” estuvo a cargo de Roxan Hernández, Miguel López y Francisco Páez, quienes exploraron la posibilidad de encender un foco usando energía eléctrica generada por plantas.
En el experimento “¿Se podrá encender un LED con papas?”, realizado por los maestros Josué Lara, María Eugenia Medina y Adolfo Pérez, se tuvo como objetivo comprobar que las papas son una fuente de energía eléctrica. Para ello, crearon un circuito eléctrico alimentado por papas que logró encender un diodo emisor de luz (LED) y demostraron que es posible. Sin embargo, es poco eficaz la cantidad de papas necesarias para que se logre mantener encendido el LED, hace que sea poco eficiente y demasiado costoso.
En “Mito o realidad: las bebidas sin azúcar no producen cambios en los niveles de glucosa en la sangre de una persona”, estudio realizado por Eduardo Méndez y Karla Ortiz, se detectaron variables, por lo que no es posible generalizar el efecto en los niveles de glucosa en las personas debido a la ingesta de bebidas “sin azúcar”.
Adriana Jaramillo y Amando Ramírez realizaron la investigación “Consecuencias del tiempo de exposición a la radiación ultravioleta en la decoloración de las hojas de plantas verdes”, la cual abordó en qué medida la radiación UV afecta la morfología y los procesos metabólicos de las plantas.
En “Comparación del proceso metabólico de la levadura Sacchromyces cerevisiae con azúcar orgánica de coco y con jarabe de maíz de alto contenido de fructuosa a partir de la producción de CO2”, realizado por Ángeles Calderón, Claudia Molina y Regina Rodríguez, se estableció que la industria busca hacer más con menos para satisfacer a la población, sin embargo, la salud puede verse afectada por el uso desmedido de productos ultraprocesados.
Y el estudio “Efecto de la longitud luminosa sobre el crecimiento de la alfalfa (Medicago sativa)”, de Jimena Alvarado, Fátima Castro y Javier Islas, concluyó que la luz azul estimuló un mayor crecimiento de las plántulas de alfalfa, luego la luz roja y en tercer lugar la luz verde, lo cual se puede sugerir para aplicarlo a los cultivos de invernadero, pues la cantidad de energía que posee cada longitud de onda se ve reflejada en la producción vegetal.