Cómo se ha construido la idea de ser hombre en el sistema patriarcal, pero sobre todo, el cómo romper con éste y mirar hacia masculinidades alternativas que construyan relaciones igualitarias, fue el eje conductor de la tercera sesión del 6° Seminario Central sobre Prácticas de Género en el CCH, en el que participaron profesores de los cinco planteles.
A través de un breve repaso histórico, Roberto Andrés Guadarrama Barretero, de Género y Desarrollo A. C., mostró cómo se construyó el significado de ser hombre bajo el esquema patriarcal. Además, precisó que aunque existe una base histórica, no hay una sola forma de determinarlo.
Compartió que previo a su concepción, se tiene registro de una época donde las mujeres eran consideradas superiores por ser ellas quienes dan la vida.
Más adelante, dijo, se da un giro al culto falocéntrico, símbolo de poder, lo que inaugura la era patriarcal.
Recordó que en códices antiguos se hace referencia a que las mujeres fueran consideradas como objetos.
Al referirse a las XII Tablas romanas, dijo que se determinó que las mujeres fueran consideradas como servidumbre para los hombres, incluso el término “familia” tiene el significado de ser un grupo de sirvientes para el paterfamilia.
“En esta misma época, si una mujer pedía el divorcio era, de algún modo, desterrada de la comunidad. Al estar desprotegida era presa de abusos. Mientras a los hombres se les entregaba el patrimonio conyugal, a la madre se le destinaba el cuidado de los hijos”, resaltó.
El también egresado del plantel Sur dijo que existe un gran obstáculo para que muchos varones reflexionen sobre los privilegios que la cultura patriarcal les ha destinado socialmente, por lo que es importante comenzar a cuestionarlos.
En este sentido, propuso preguntarse: “¿cómo hago para romper el pacto patriarcal?, ¿qué hago con mis pares?, ¿me sigo riendo del chiste machista que expresan o no digo nada?, ¿qué tanto somos capaces de confrontarla?, ¿cuándo reconoceremos el daño que hacemos?”.
Asimismo, resaltó que no basta con decir: “‘no soy machista’. Romper el pacto patriarcal es deconstruirse toda la vida. No nos graduamos en deconstrucción, esto es constante y nos lleva la mirada a las masculinidades alternativas”.
“Romper el pacto es también invitar a otros hombres y persuadirlos a reflexionar. Romper el pacto no sólo es reconstruirnos, sino proponer cómo ser mejores, y como profesores se tiene un campo fértil”, consideró.
El experto en Educación para la Paz admitió que a muchos hombres les da miedo cambiar, pero sostuvo que se gana mucho.
“Entre menos machos somos, dormiremos mejor, ya que no estaremos demostrando que yo puedo todo”.
Explicó que la masculinidad alternativa promueve conductas y actitudes entre los varones que conducen hacia la igualdad, el respeto, el buentrato y la no violencia entre hombres y mujeres en todos los ámbitos de las relaciones interpersonales.
A manera de conclusión, el especialista precisó que el género se construye socialmente y tiene como base la subordinación de las mujeres y lo femenino. En ese sentido, seguir el modelo tradicional trae violencias, desintegración social y desigualdad, por lo que hay que desaprenderlo.
“Es posible modificar la conducta de los varones hacia modelos basados en el respeto, la igualdad, el buen trato y la no violencia”, concluyó.