De frente a los nuevos ambientes familiares provocados por la pandemia, sus integrantes están llamados a observar este momento como un acontecimiento de vida, que como tal ejerce “un impacto en términos de vivencias emocionales, o puede introducir cambios en los hábitos y costumbres”, pero sobre todo “requiere de un esfuerzo adaptativo”, así lo señaló Clara Haydee Solís Ponce, en la sesión de Escuela para padres, que organiza el Departamento de Psicopedagogía del plantel Oriente.
A fin de ofrecer a los padres de familia recomendaciones para mejorar la vida familiar en tiempos de la emergencia sanitaria, la especialista de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza ofreció la charla en línea la Dinámica familiar durante la pandemia, en donde destacó que aun cuando el fenómeno que se vive puede ser adverso en todos los ámbitos, también es un buen momento para que emerjan los recursos personales y familiares, y a su vez sea tiempo para la reflexión y el cambio.
Pero para ello, apuntó la académica, “hay que negociar y estar dispuesto a hacer cambios necesarios”. En ese sentido y ante la realidad de estar confinados en casa, y desde ahí trabajar, estudiar, cuidar a otros, entre otras tareas, enumeró cuatro estrategias por emprender: tareas de beneficio personal, tareas de beneficio colectivo, resolver un problema diario y hacer una planeación de actividades semanales (gestión del tiempo).
La primera, explicó, se refiere a las acciones que favorecen a la persona, entre ellas, tender la cama; separar, doblar y guardar la ropa; limpiar su espacio de trabajo y en el caso de los estudiantes, hacer la tarea.
En cuanto a las tareas de beneficio colectivo, éstas se enfocan en compartir equitativamente las ocupaciones en casa, como preparar los alimentos, recoger, sacar y tirar la basura; cuidado, alimentación y aseo de mascotas; hacer las compras y sanitizarlas; remojar, lavar y tender la ropa; limpiar la casa: barrer, trapear, sacudir, lavar los trastes, etcétera; lavar los tapabocas, entre otros.
La siguiente estrategia, comentó, tiene que ver con el desarrollo de habilidades para la vida, a través de resolver un problema diario, como elaborar un menú de bajo costo, cocinar, reparar cosas en casa, mover muebles, atender a las mascotas, hacer trámites digitales, “a los padres les da tranquilidad porque saben que sus hijos son capaces y autosuficientes y a los jóvenes les da seguridad y confianza en sí mismos”.
Sobre la planeación de actividades semanales, la especialista llamó a dedicar tiempo a la activación física, al menos 20 minutos diarios; también el diseño de actividades familiares: cocinar, juegos, cineclub, videollamadas a familiares o con amigos; así como asignar tiempo libre para todos, donde cada uno haga lo que quiere: tomar una siesta, leer sin interrupciones, chatear, mirar la televisión, jugar videojuegos, hacer ejercicio, entre otros.