Cecehachero Film Fest

Generó alianzas, invitaciones e intercambios

Se viste de gala y aspira a proyectar más talento mexicano joven al mundo

Generó alianzas, invitaciones e intercambios
Se viste de gala y aspira a proyectar más talento mexicano joven al mundo

En 2015, con mucho ímpetu y ganas se fundó en el plantel Vallejo el Cecehachero Film Fest, Festival de cine del CCH de la UNAM, que se ha consolidado y tiene un lugar especial dentro de la oferta de los más de 150 festivales cinematográficos que existen en el país, por ser el segundo generado por estudiantes y el primero en enfocarse en la orientación vocacional y la formación de nuevas realizadoras y realizadores del séptimo arte desde el nivel medio superior.

Se trata de un festival que, mientras fui estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades, inicié con grandes sueños y que ahora, después de siete años de trabajo, cinco ediciones celebradas y una más por presentarse, ha logrado llegar al escenario de cine más importante del mundo: el de Cannes, que este año nos recibió en su edición 75, celebrada del 17 al 28 de mayo.

Presenciar actividades en Cannes representó, más allá de la euforia de haber participado en la función de gala de Frère et soeur (Hermanos y hermanas, Arnaud Desplechin, Francia, 2020) o mirar la versión restaurada de The Goodfather (El padrino, Francis Ford Coppola, Estados Unidos, 1972) en una proyección nocturna en la playa, una gran oportunidad de acercar las producciones estudiantiles y profesionales mexicanas al mundo.

Ha sido un gran esfuerzo traer al festival cecehachero a un sinfín de realizadoras y realizadores internacionales, distribuidoras, casas productoras y a todas aquellas personas involucradas en el arte e industria cinematográfica del mundo, pues no podría existir el cine como una disciplina artística sin su acto industrial y comercial.

Acreditado como director del Cecehachero Film Fest, tuve la oportunidad de generar vínculos que serán imprescindibles para la próxima edición, así como propiciar invitaciones directas a realizadores y jurados extranjeros, traer intercambio de películas y cortometrajes que, de otra manera, sería imposible; sin embargo, lo más importante es la experiencia de conocer la logística, organización y desarrollo del evento que aprovecharé para seguir mejorando el festival.

Recuerdo aquel 2015, cuando comenzaba la gestión de la primera edición del encuentro, siendo estudiante de cuarto semestre. Existía en mí una intrínseca necesidad de compartir el cine con mi comunidad, pero, sobre todo, conjuntar a todas y todos aquellos estudiantes que sentían esa misma necesidad de hacer cine desde el bachillerato, de generar en ese espacio de encuentro una plataforma de creación cinematográfica para todos.

Fue trascendental contar con un festival que nos hiciera despegar justo en el momento donde queríamos plasmar nuestros sueños en algo tan genuino como una película. Ese sueño se convirtió en un festival, que en su tercera edición (2018) ya recibía películas de más de 10 países.

En su quinta edición (2021),  Rizomarte –asociación de gestión y producción cultural en Francia, dirigida por Mariana Rey- se convirtió en aliado estratégico del Cecehachero Film Fest para consolidar el festival de manera simultánea en España, pues las complicaciones y restricciones de la contingencia sanitaria derivadas por el SARS-CoV-2 dieron pie a un nuevo desarrollo y evolución del festival.

Fue así como las actividades de aquella edición se llevaron a cabo a manera de transmisión televisiva desde el plantel Vallejo del Colegio y en recintos españoles, algunos de manera presencial, como Atelier Güell, Casa América Catalunya, Sindicata, Konvent, entre otros.

Ahora que gestionamos la sexta edición, me congratulo en destacar que el festival será simultáneo México-Francia, ahora en correalización con Rizomarte en el país donde nace el séptimo arte, asociación con quien hemos vivido este sueño de estar en Cannes, un sueño que se genera, genuino, al aspirar a una carrera cinematográfica.

Estar allí nutre y consolida la ilusión de pertenecer a la comunidad cinematográfica y llevar el trabajo de producción a la mejor calidad posible, técnica y narrativamente, para aspirar a ver en la programación del festival más proyectos de jóvenes mexicanos que apelen al máximo de la sensibilidad estética, intelectual y emocional.

Como fundador y director ejecutivo de el Cecehachero Film Fest este logro marca un precedente en la consolidación de proyectos estudiantiles que, seguidos por la dedicación, constancia, disciplina y esfuerzo en equipo, estoy seguro de que cualquier cecehachero o cecehachera que sueñe con alcanzar el cielo llegará más allá de las estrellas. ¡Sigamos aprendiendo a ser!

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