talleres siladin

Cuando pensamos en ciencia, generalmente visualizamos lo que aprendemos en la escuela y casi nunca relacionamos este concepto con el desarrollo de un país; sin embargo, ésta bien puede ser una pieza clave en el bienestar nacional, ya que la ciencia aplicada deriva en innovaciones tecnológicas que pueden incentivar la economía, generar más recursos y nuevas formas de aprovecharlos. Países como Corea del Sur, Estados Unidos o Suiza destinan más del 2.5% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la investigación científica y al desarrollo de tecnología; en contraste, las cifras oficiales apuntan a que México invierte poco menos del 0.05%, por lo que cualquier esfuerzo que fomente el interés en el quehacer científico resulta plausible.

Congruente con esta necesidad, durante el curso de verano planeado por el STUNAM para los hijos de trabajadores del plantel Vallejo, realizado entre el 22 de julio y el 2 de agosto, se programó una visita a las instalaciones del Sistema de Laboratorios para el Desarrollo y la Innovación (Siladin), en donde los pequeños participantes fueron recibidos por Yubani Martínez y Juanita Ramírez, personal que labora en el área, además del secretario técnico de este espacio, Saúl Salomón Esparza Vázquez, quien platicó con el grupo de poco menos de 30 niños sobre ¿qué es un laboratorio?, ¿cómo se logra que los fuegos pirotécnicos sean de distintos colores?, ¿por qué el planeta se ve azul desde el espacio?, y ¿qué es la luz?, a través de demostraciones acordes a su edad que asombraron a los pequeños, les permitieron despertar su curiosidad y entender un poco más estos fenómenos.

Ver que la luz blanca se descompone en los colores del arcoíris a través de un espectroscopio, así como observar el color de distintos elementos, como el lila del helio o el naranja del neón (o color cheto como lo describió un pequeño), con ayuda de una esfera de plasma, mantuvo a los niños expectantes y participativos. También tuvieron la oportunidad de ver la reacción química de elementos utilizados en la elaboración de pirotecnia y darse cuenta que el plancton real visto en un microscopio tiene algunas diferencias con el famoso personaje de caricatura; además, colaboraron con la plantación de algunas especies en el Museo vivo.

Al preguntarle al secretario sobre la disposición de invitar a estos pequeños a los espacios del Siladin, él considera que “la forma más certera de motivar el gusto por la ciencia en las personas, es generar actividades divertidas que desarrollen el pensamiento lógico acerca del mundo en el que vivimos” y que el momento más propicio es, justamente, en etapas tempranas, por lo que “a pesar de la carga laboral que se pueda tener, hay que buscar estos espacios; compartir momentos de esta magnitud son gratificantes para nosotros como profesores y nos permiten generar comunidad como universitarios, señal

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