Siempre es bueno saber que contamos con jóvenes destacados en nuestra comunidad, algunos son por méritos académicos, pero algunos otros también sobresalen por su carácter, valor y solidaridad frente a situaciones como la que vivieron tres alumnos de Vallejo al ayudar a un joven que sufrió un ataque de ansiedad frente al plantel.
Aldo Sandoval Santa María, Eder Jeovany Ramos Yepez y Maximiliano Solís Hernández, alumnos de sexto semestre salieron del plantel después de un día de clases, pero en esta ocasión notaron algo diferente, había un auto estacionado desde el que un hombre apenas podía pedir ayuda
“nos dimos cuenta de que un joven nos estaba haciendo señas, tocó el claxon y gritó ayuda”
explicaron.
Ante la situación no dudaron en acercarse para ayudarlo, pudieron ver que apenas podía moverse y le ayudaron a quitarse el cinturón, de inmediato llamaron a los servicios de emergencia, indicaron el lugar y la situación, les informaron que una patrulla estaba en camino; “todos sus músculos se empezaron a contraer, trató de pellizcarse la pierna porque ya no se podía mover, lo único que podía hacer era llorar, apenas le salían las lágrimas” dijeron.
Afortunadamente un motociclista que pasaba también se percató de que algo sucedía, se detuvo y les preguntó, los chicos lo pusieron al tanto y se dispuso a parar a una patrulla que transitaba en el carril al otro extremo de la avenida.
Los patrulleros llamaron a una ambulancia mientras los chicos se dieron cuenta de que el conductor que había tenido el incidente pudo contactar por teléfono a su esposa al comenzar el ataque y ella seguía en la línea, tomaron el teléfono y le explicaron la situación, ella les dio los datos del joven para que pudiera auxiliarlo la ambulancia.
Antes de que se hiciera presente la ambulancia, los paramédicos les dieron indicaciones a los chicos para revisar el pulso del conductor, también indicaron que de ser posible reclinaran el asiento y acostarlo de su lado izquierdo, “eso no pudimos hacerlo porque no se podían destensar sus músculos y mostraba dolor cuando lo intentaba”.
Cuando llegó la ambulancia pudieron ayudarlo, pero les explicaron que había sido un ataque de ansiedad y que estaría bien antes de retirarse, sin embargo, los cecehacheros decidieron quedarse con él hasta que llegaron los familiares del joven, aun cuando ya pasaban de las diez de la noche, “no nos sentíamos tranquilos de dejarlo” “decía que todavía le dolía y seguía temblando” aseguraron.
Ya después de controlado el incidente, el joven les explicó que venía manejando, estaba muy estresado por el trabajo y comenzó a sentirse mal, apenas pudo estacionar el auto y tocar el claxon para pedir auxilio. Si Aldo, Eder y Max hubieran dudado en ayudar probablemente esta historia hubiera tenido un final menos afortunado.
