Sara Nínive Moreno

Entre partículas, átomos y reacciones

La destacada estudiante del plantel Azcapotzalco manifiesta su emoción por “aprender temas de mayor nivel”

Entre partículas, átomos y reacciones
La destacada estudiante del plantel Azcapotzalco manifiesta su emoción por “aprender temas de mayor nivel”

en que le enseñaron esta materia, de inmediato se sintió atraída por conocer más. Desde ese momento, ya no se trató de una asignatura más por estudiar, sino que ya formaba parte de su vida.

“Es una gran parte de mí, la considero como una de las ciencias más atractivas, siempre estoy tratando de investigar más. Me emociona mucho conocer el mundo de las partículas, los átomos, las reacciones. Espero continuar con esto toda mi vida, quiero dedicarme a la química”, sostiene la estudiante de cuarto semestre del plantel Azcapotzalco y ganadora de la medalla de oro en dicha disciplina, durante la Primera Olimpiada Cecehachera del Conocimiento.

Moreno Chalico relata en entrevista: “Decidí participar porque vi que había una sección de química. La mejor forma de comprobar mis conocimientos era mediante un concurso. Es la primera vez que participo en una prueba como ésta y considero que fue una gran experiencia, me agradó mucho”.

Así, recuerda que su gusto empezó en tercero de secundaria y fue gracias a una de sus profesoras: “Ella demostraba que la ciencia no era una carga, sino un mundo maravilloso y que no debía tratarse como una materia más que aprobar. Impartía sus clases de forma interesante”.

Posteriormente, tuvo otra muy buena profesora en el CCH, en primero y segundo semestres: “A pesar de que fue difícil por la carga de trabajo, no lo consideré como un mal momento, aprendí demasiado y por eso le tengo mucho aprecio a esa profesora. En vez de quitarme el gusto por la materia hizo que creciera más”. 

Acerca del concurso, que encontró “por casualidad en Facebook”, señala que incluyó un temario especialmente extenso comparado con otras materias. “Mi preparación empezó desde noviembre. Aunque tenía mis otras clases, sólo podía estudiar una hora diaria. Siempre tuve a la mano materiales, libros y videos de química; con eso me preparé diariamente. Tenía asignada una hora diaria para estudiar un idioma, pero la cambié por la química para dedicarle tiempo a estudiar el largo temario”.

Sí tenía dudas, precisa, así que debió buscar por su cuenta: “Y si no encontraba ese tema, entonces desarrollaba otro para guiarme; no recibí apoyo, incluso traté de contactar a un profesor de química, pero no lo logré. Las dudas, al final, las resolví sola”. 

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