¿Qué sentido tiene la vida? Esa incógnita se la ha planteado Pamela Azuara Tolentino durante su estancia en el CCH, pues, confiesa, llegó a sentirse mal, sin sentido, y la respuesta a esa inquietud se la dio la filosofía. “Encontré en ella más que una respuesta objetiva, algo subjetivo. Es una manera de pensar y es totalmente vigente”, sostiene la alumna del plantel Azcapotzalco y ganadora de la medalla de oro en Filosofía en la Primera Olimpiada Cecehachera del Conocimiento.
La prueba sirvió como espacio para reflexionar sobre el sentido de la vida, que plasmó en su ensayo final y que le permitió alcanzar el primer lugar. Pero no sólo este tema ha sido del interés de la estudiante de sexto semestre, también el aspecto de la felicidad y el placer, así como el estudio de Epicuro y el hedonismo.
Esta competencia, señala, le dejó aprendizajes: “El principal fue que todo puede ser posible, siempre y cuando se tenga confianza en uno mismo, y lo digo por el resultado obtenido. En el momento de hacer el examen y el ensayo traté de olvidarme de los nervios y del miedo que tenía, me mentalicé más para dar lo que pudiera sin importar el resultado”.
Sobre su preparación, Pamela Azuara, que ha decidido estudiar Actuaría, precisa que la clave radicó en las asesorías de su profesor Francisco Ochoa, quien les impartió clase extra los viernes. “Me ayudó mucho tratar de entender, más que memorizar”.
En relación con el desarrollo del ensayo, detalla, el profesor les mostraba la estructura de los argumentos, “para que se nos hiciera más fácil, es decir, buscaba que planteáramos respuestas a nuestros temas y lo complementaba con lecturas”.
Al principio, indica, no se consideraba con conocimientos suficientes: “Primero había decidido entrar al área de Matemáticas, porque siempre me ha atraído mucho esta ciencia, mientras que en filosofía no me sentía segura para participar, pero aun así, lo hice. Al final no me esperaba este resultado”.
El examen, asegura, no fue tan complicado, pero el ensayo le causó estrés: “No era un escrito informativo, era un ensayo y no me considero muy buena en la redacción. A pesar de eso continué y me apoyé mucho de los textos previos que debimos leer; de ahí saqué muchas ideas para escribir sobre el sentido de la vida”.
