Autoridades reconocieron a las y los profesores que cumplieron de 10 a 50 años de labor educativa

Entregan medallas por su Servicio Académico

Autoridades reconocieron a las y los profesores que cumplieron de 10 a 50 años de labor educativa

Entregan medallas por su Servicio Académico
Autoridades reconocieron a las y los profesores que cumplieron de 10 a 50 años de labor educativa

En el plantel Naucalpan, 25 profesores del Colegio de Ciencias y Humanidades fueron merecedores de la Medalla por Servicio Académico al cumplir 50, 45, 35, 30, 25, 20, 15 y 10 años de formar a jóvenes del nivel medio superior.

Reunidos en la Sala de Juntas, el director del plantel, Keshava Quintanar Cano, acompañado de las secretarias generales del CCH y local, Mayra Monsalvo Carmona y Verónica Berenice Ruiz Melgarejo, respectivamente, así como de las profesoras Citlali de la Luz Marmolejo Saldívar, Patricia María Magdalena Miranda Cuevas, Graciela Luna Galicia, y del profesor Ricardo Monroy Gamboa, felicitó a los galardonados por su compromiso con la institución educativa y auguró un gran futuro académico lleno de exitosas experiencias.

De esta manera, los profesores que cumplieron 50 años de docencia son: Juan Manuel Terrazas Castro; 45 años: Gudelia Hernández Escutia y Florencio Vera Butanda; 35 años: Citlali de la luz Marmolejo Saldívar, Jorge León Colín, Mayra Monsalvo Carmona, Patricia López Sánchez y Rosalía Orta Pérez; 30 años: Edmundo González Fernández y Marina Rosalba Torres Vallecillo.

Asimismo, por sus 25 años: Agustín Escobar Pantoja, Antonio García Murillo, José Guadalupe López Meza, Patricia María Magdalena Miranda Cuevas, Raymundo Carmona León, Samuel González Sánchez; 20 años: Edred Adonhiram Caneda Martínez, Francisco Martín Pérez Bravo, Omar Anguiano Sánchez; 15 años: Desirée Cuestas Flores, Julio Eugenio Navarro Córdova y Ricardo Monroy Gamboa, y por 10 años: Claudia Molina Reyes, Graciela Luna Galicia y Rubén Zepeda Rodríguez.

 

Orgullosamente técnica-académica 

Mayra Monsalvo Carmona hizo un breve recorrido histórico sobre la implementación y desarrollo de la figura de técnico-académico en el CCH, en específico, en el Departamento de Psicopedagogía, categoría a la cual ella se integró en 1988 como parte de la primera generación.

“Se ha trabajado conjuntamente para proponer documentos normativos que permitan reconocer las tareas que realizamos día a día. Nuestra participación en grupos de trabajo se puede constatar y para muestra está el Claustro para la Reforma del Estatuto del Personal Académico, que ahora el rector Leonardo Lomelí Vanegas ha retomado para redefinir la figura de técnico-académico y brindar apoyo a su carrera académica”, dijo.

Detalló que desde su implementación en el Colegio (1988), se tuvo que “reconstruir y enfocar al Departamento de Psicopedagogía como un departamento académico, con actividades dirigidas al alumnado en intrínseca relación con profesorado y padres y madres de familia”.

No obstante, los desafíos, de cara a las nuevas generaciones, ha obligado a adaptarse, seguir proponiendo y apoyar a la comunidad; “como lo hizo frente a la emergencia sanitaria que nos hizo salir de la zona de confort”.

Al referirse a sus 35 años como técnica-académica, Monsalvo Carmona destacó que se trata de un sentimiento de orgullo y alegría: “si hoy me volvieran a dar la oportunidad de ser nuevamente técnico-académico, como lo que me ocurrió en noviembre de 1988, sólo diría: ‘sí, acepto ser técnico-académico’. Gracias a la Universidad Nacional Autónoma de México; gracias, Colegio de Ciencias y Humanidades”.

Por su parte, Verónica Berenice Ruiz Melgarejo destacó que los alumnos reconocen las aportaciones de sus maestros a sus proyectos académicos, profesionales y de vida.

“Ustedes, profesores, profesoras, son fuente de realización. Queremos también reconocer el carácter con el que se han enfrentado a diversos retos a lo largo de su trayectoria”.

Indicó que el docente debe construirse y a veces deconstruirse, educar para que otros también se construyan; “que se formen en el camino de aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser, abrazando los saberes, la investigación, las reflexiones, el pensamiento crítico, pero también la imaginación y la creatividad”.

 

Compromiso con el CCH

Citlali de la Luz Marmolejo Saldívar compartió que ser docente le permitió aprender muchas cosas nuevas, además de salir del estado de confort y ver quién era ella ante el enorme reto.

Recordó a sus primeros alumnos, que era gente adulta que estudiaba por las tardes: “me asombraron y sentí admiración y respeto por ellos”. También aprendió el significado de orientar y guiar los aprendizajes, “no era la sabelotodo del mundo, los alumnos me iban mostrando el camino”.

Para concluir, Monroy Gamboa explicó que la docencia universitaria “es una actividad desafiante, gratificante, porque cada día demanda de los maestros el compromiso de formar, transformar de la mejor manera nuestros estudiantes”.

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