“Ser docente del CCH representa un gran privilegio y responsabilidad, ya que no es sencillo concretar en el salón de clases su Modelo Educativo. Para lograr que el alumno sea el principal actor de su aprendizaje se requiere de mucho trabajo previo para instrumentar actividades, elaborar materiales, planificar no sólo el curso sino también potenciar las sesiones de dos horas clase, entre otras actividades, señaló María del Rosario Preisser Rodríguez, profesora del Área de Matemáticas y fundadora del plantel Sur. “Creo que más allá de las diferencias en la organización del plan y los programas de estudio de otros bachilleratos, lo que nos identifica son las formas cotidianas de trabajo en las aulas y laboratorios para propiciar que los alumnos interactúen de diversas maneras con los objetos de aprendizaje”, consideró la docente. Al recordar qué fue lo que la motivó a dedicar su vida profesional a la docencia, señaló: “Cuando estaba en la secundaria, mi maestra de Física nos pidió a cuatro de sus alumnas que trabajáramos con varias compañeras que tenían serias dificultades con la materia. Tuve que buscar formas de explicarles con ejemplos cercanos lo que les costaba trabajo comprender. Fue mi mamá la que hizo que me diera cuenta de lo mucho que disfrutaba esa labor. Incluso me sugirió que estudiara para maestra. Me sembró la inquietud, pero yo quería entrar a la Universidad. Después, cuando en 1971 varios de mis compañeros de la Facultad de Ciencias ingresaron a dar clases en el CCH y me describieron su modelo educativo, me enamoré de él y supe, sin lugar a duda, que quería dedicar mi vida a ser maestra en el Colegio. Así, en 1972, siendo aún estudiante, me incorporé al plantel Sur. Ha sido mi mejor decisión”.
Agregó: “He dado clase en licenciatura y maestría, pero nada se compara con trabajar con nuestros chicos. Hacerlo en nuestras aulas que se prestan a construir un ‘nosotros’ para el trabajo académico en vez de un ‘ellos y yo’. Es invaluable estimular su curiosidad y despertar vocaciones. En fin, mi mayor aspiración ha sido contribuir a que se autoconstruyan como seres creativos, responsables y contentos consigo mismos. “Son muchos los problemas que plantea la sociedad actual. La pandemia los ha hecho más evidentes. Estoy convencida que la educación es uno de los pilares que puede ayudar a una reconstrucción más saludable y justa. Sé que la Universidad y en particular el CCH jugarán un papel importante en este enorme reto. Trabajemos para celebrar en 2021 los 50 años del Colegio, reconociendo la gran labor de los científicos y la enorme necesidad de revalorar las humanidades”, exhortó.