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Del papel a los bytes

Complemento que enriquece la enseñanza en el Colegio

Del papel a los bytes
Complemento que enriquece la enseñanza en el Colegio

Aunque las bibliotecas han estado a debate y se ha puesto en duda su permanencia ante la implementación de nuevas tecnologías, hoy más que nunca vemos que siguen siendo un complemento, una guía útil para la actualización, aseguró la coordinadora de Bibliotecas del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), Rosa Atzimba Morales Monroy.

Morales participó en un webinario organizado por la Asociación Mexicana de Bibliotecarios, donde expuso el tema “El bibliotecario escolar y las tecnologías en el aula”, que le permitió hacer un recuento histórico del bachillerato en México, en particular del CCH, etapa a la que consideró una de las más importantes de la vida académica, por ser en la que se consolida el aprendizaje.

Las bibliotecas, abundó, nacieron con apenas unos estantes de libros, actualmente suman más de 24 mil títulos por plantel, con más de 900 mil 500 ejemplares en las cinco escuelas. Dan servicio a una población de entre 12 y 15 mil alumnos y a más de tres mil maestros.

Además, se han acercado más a sus usuarios, a través de reuniones y eventos, como las muestras para la actualización bibliográfica, ferias de libros en las explanadas de los planteles, a las que acuden proveedores nacionales e internacionales para exponer sus novedades, de las cuales obtienen los insumos y títulos que van a ser seleccionados por su población.

Para la actualización también toman en cuenta las solicitudes de los alumnos, pues “toda la conformación del corpus de nuestros acervos está basado en los Programas de Estudio, es una de las misiones que deben tener las bibliotecas escolares, revestirlos completamente, porque son la guía, la base de la información que solicita el docente para que los estudiantes hagan una consulta en la biblioteca”.

Dentro de los servicios de Bidi UNAM, agregó, las bibliotecas empiezan a mostrar la capacidad y tecnología que tienen a la mano, han hecho muchos talleres de manera virtual, tuvieron salas llenas de siete de la mañana a siete de la noche, para mostrar cómo se utiliza la clave de acceso remoto; algo que tuvo mucho éxito, dijo, fueron las bases de datos JoVE, con videos de laboratorio para las áreas de ciencias experimentales.

“Son grabaciones de experimentos realizados en laboratorios universitarios muy sofisticados, todo nuestro soporte bibliográfico pasó a ser digital, esto fue una salvación tremenda, inmediatamente contactamos al proveedor para que nos diera directamente la capacitación a profesores y bibliotecarios y de esta manera expandirlo, de esta base ya salieron un cuadernillo de ejercicios y trípticos de difusión”, puntualizó.

La coordinadora de bibliotecas del CCH informó que se dedicaron a revisar qué más había, con el apoyo de la DGTIC, que les proporcionó una evaluación disponible sobre recursos libres, “entonces, descubrimos algo maravilloso: el PHET, que también brinda esta simulación para el área experimental, gratuita. Seguimos adelante, el mercado de todos estos dispositivos ha crecido muchísimo y es labor del bibliotecario que el profesor tenga acceso a las mejores y más convenientes plataformas para su situación”.

La biblioteca, por su acción transversal tanto en la parte administrativa como en la de difusión, tiene que acercar estos lazos con nuestros usuarios y brindarles el mejor servicio, las bibliotecas siempre estuvieron a debate, sobre si con las tecnologías iban a desaparecer, hoy más que nunca vemos que son un complemento, concluyó.  

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