Multidisciplina, el nuevo paradigma

Es urgente unir ciencias y humanidades

Se debe educar mente, cuerpo y también espíritu

Es urgente unir ciencias y humanidades
Se debe educar mente, cuerpo y también espíritu

El pensamiento que se genera dentro del aula requiere una construcción de forma múltiple o, como lo llama Edgard Morin, pensamiento complejo. El individuo, señala Morin, “posee un conocimiento que es ambiguo y desordenado, que requiere retroalimentación, y ha de ser integrado en una serie o conjunto de pensamientos”, sería ideal que fuesen interdisciplinarios.

Y entonces, se invita a profundizar en los conocimientos, pero estos pensamientos tienen varias aristas, entonces resultan muy difíciles de conocer, por eso es importante ahondar en cada idea, revisarla, comentarla, dar ejemplos cotidianos o que se pudieran aplicar a la solución de problemas.

El pensamiento también debe ser innovador, para ello, la escuela debe ofrecer un clima de relajamiento y dice Morin, hasta de “desorganización, pues entonces así se conectan en el cerebro redes que llevarán al joven a un principio de reorganización”, el joven piensa por sí mismo y busca fuentes originales que le ayuden a aclarar un planteamiento teórico y a hacer suyo el conocimiento para que lo guíe en su vida.

Al permitir que el joven en proceso de aprendizaje se relaje y se abra a las variantes que ofrece una materia, un conocimiento, o un tema, se logra despertar su interés, si se ofrece una problemática que integra la variedad de saberes que componen un tema, entonces se puede lograr el “chispazo”, al que Francisco Mora Teruel llama “la curiosidad que abre ventanas al conocimiento”.

Educar tiene el sentido, entre otros, de hacer que cada estudiante se vuelva una mejor persona, lo cual supone adquirir un conocimiento que ha hecho suyo porque lo ha reflexionado, porque se creó el interés que motivó a que se encendiera en él una chispa que lo llevara a innovar, entonces, será un individuo que cuando estudie por sí mismo, sea una persona noble que utiliza el conocimiento para mejorar el mundo.

El aprendizaje tiene que crear la multidimensionalidad y ofrecer educación de la mente, del cuerpo y crear una dimensión espiritual, que consiste, en parte, en cuidarse a sí mismo, esto contribuye a la sustentabilidad del planeta, ya que cuidarse permitiría mejorar la salud individual, la cual se alcanza si no se consume carne, pues se sabe que los criaderos de animales generan mucho gas tóxico, pues las vacas producen metano que deriva en gran contaminación.

Además, se emplean miles de litros de agua, la cual se podría ahorrar al dejar de consumir carne. Ya que, en el centro de cualquier política ecológica está modificar radicalmente el régimen alimentario. Si esto lo entiende la escuela y se educa para una alimentación “green”, se puede contribuir a alcanzar la armonía con el propio ser y con el plantea.

Por eso resulta primordial la educación multidisciplinar que integra primero el pensamiento complejo como lo entiende E. Morin, y que se crea la multidisciplina para enfocar la enseñanza en todas las implicaciones que conlleva educar para la comprensión global de lo que es el ser humano, un ser complejo al que se tiene que educar en su propia multiplicidad y atender la interdisciplina y la multidisciplina que logrará crear mentes lúcidas que saben aprender.

Es inadecuado pensar una enseñanza donde no se involucre una asignatura con otras materias, contenidos y disciplinas, ya no se puede enseñar aisladamente. Las ciencias y las humanidades deben estar en coordinación, que fue uno de los principios del CCH, y su coordinación es ahora urgente, pues después de la crisis de los últimos años, es necesario pensar los conceptos, las teorías, las ideas, las interpretaciones en una dimensión multidisciplinar.

Adecuando nuestros contenidos de las asignaturas con los enfoques de la neurociencia que hacen énfasis en la enseñanza personalizada y en las formas en que conoce el cerebro, que tiene como ingrediente principal enfocarse en las emociones y en el interés del estudiante en temas particulares.

Si queremos impactar también la conciencia, el alma del estudiante, es necesario cautivar las neuronas del estudiante. Es decir, educar la totalidad de la estructura del alumno y quizá desde su sensibilidad anímica, pueda encontrarse el fondo de su mente. 

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