El 12 de abril de 1971, el plantel Azcapotzalco, que originalmnete iba a llamarse Parque Vía, abrió sus puertas a estudiantes (alrededor de cinco mil inscritos) y profesores (150 aproximadamente). Con ello dio inicio a una intensa y brillante historia académica.
Sus 33 edificios albergan salones de clases, laboratorios de ciencia muy bien equipados, una biblioteca con un acervo muy completo de todas las materias, mediateca, salas para conferencias y presentaciones artísticas, sala de cómputo y grandes espacios deportivos. Además, un laboratorio de idiomas, una sala
Telmex y un gimnasio, entre otras instalaciones. El plantel luce en su área central una amplia explanada con velaria, que es el centro favorito de reunión de la comunidad cecehachera.
Una de las actividades que le ha dado identidad al plantel es la de la comunicación constante. Tener informada a su comunidad y difundir todas las actividades que se realizan para los estudiantes ha sido una tarea fundamental. Tan es así, que desde el 1 de octubre de 1975 el plantel ha contado con un órgano informativo, cuyo nombre actual es Contraste Azcapotzalco.
Otros elementos distintivos del plantel son sus obras de arte visual, como el mural “El hombre en busca del conocimiento: la biblioteca de Babel”, inaugurado el 18 de febrero de 1991 por el rector José Sarukhán. Otro mural, que puede apreciarse en el acceso principal, es más antiguo: fue creado en 1973 por José Hernández Delgadillo. Y existe otro más: “Tributo a Raúl de Souza”, plasmado en la fachada del auditorio “A” del Siladin y creado por el brasileño Lucilio Belluno en 2005. También está la escultura monumental de metal “Al trabajo creativo forjador de la cultura”, de Candelario Mandujano.
El 13 de febrero de 1995 se anunció que el plantel crecía. Ese día se confirmó la construcción de los laboratorios Siladin, que fueron el instrumento que completó la reforma curricular de Colegio. Doce años después, el 6 de febrero de 2007, el plantel y la Facultad de Estudios Superiores Iztacala estrecharon su relación académica a través de un diplomado, cuyo propósito era el de promover la actualización en disciplinas como la genética, la evolución y la biodiversidad de México.
