Matemáticas

Taller para padres y madres

Se trata de saber pensar sobre lo que hay que saber

Taller para padres y madres
Se trata de saber pensar sobre lo que hay que saber

Recordar el teorema de Pitágoras, el número Pi, o la fórmula general de segundo grado no es saber matemáticas, es memorizar sólo procesos sin conocer cómo éstos pueden ser aplicados en la vida cotidiana, en problemas reales y sobre todo cómo ayudan a ordenar el pensamiento humano, afirmó Gabriel González Osornio, profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, plantel 2, durante la conferencia Enseña a tus hijos a disfrutar de las matemáticas, dirigido a padres de familia.

Como parte de las actividades de Escuela para padres y madres, que organiza la Dirección General de Orientación y Atención Educativa, el académico evidenció, a partir de varios ejercicios, cómo se han enseñado las matemáticas, particularmente cuando sólo se ha privilegiado la memorización y el poco razonamiento. “Nos dicen que están en todos lados, pero no nos dicen de qué manera, no se trata de ver números por doquier, sino de entender que su aplicación es variada”, señaló. 

El actuario aseveró que cuando un estudiante llega a la secundaria o bachillerato, trae la idea de que es complicado su aprendizaje y sólo es para los genios. Además de que se angustian ante ellas, de inmediato piensan que no las entenderán. 

El saber resolver una ecuación de segundo grado o encontrar el valor de X no garantiza que se sepa matemáticas, significa que sabemos seguir un procedimiento, un algoritmo, que es lo mismo cuando se sigue una receta de cocina, se aprende un número telefónico o la dirección de una persona; lo importante es saber cuándo usar el algoritmo, por qué lo emplearé, en qué condiciones. Ahí es cuando aplico las matemáticas, explicó.

De acuerdo con la definición de Ignacio Barradas, citó, las matemáticas significan saber pensar sobre lo que hay que saber. Es decir, saber cómo utilizarlas y por qué.

“Cuando hago eso, entonces las encontraré en todas partes. Si pienso sobre lo que sé, no tomaré cualquier decisión. Las matemáticas pasan de una parte algorítmica a la vida cotidiana”.

Y todos pueden acceder a ellas, afirmó, pero no todos lo hacen. Hay una comunidad matemática conformada por aquellos que de alguna manera han ido descubriéndolas, incluso desde pequeños, por sus padres o maestros, quienes los acercan al mundo del razonamiento. Son para todos, pero no todos acceden. Es importante hablarles a los hijos desde pequeños sobre ellas, de hecho, desde que podemos explicarles las cosas que suceden a su alrededor.

Destacó que una de las cosas que hay que hacer primeramente como padres es eliminar la ansiedad y el estrés cuando se refiera a esta ciencia; recordar que se trata de razonar sobre ella para aplicarla en su cotidianidad, entender, por ejemplo, cómo funciona la regadera, el reloj.

Del mismo modo, subrayó, hacerles ver que no hay problema si se llegan a equivocar y que es totalmente válido si sucede. En este sentido, comentó que la Universidad está en el camino del cambio en torno a la enseñanza y el aprendizaje de esta ciencia, se están creando herramientas y actividades que están sacando a los profesores de la zona de confort, “estamos en esa transición tanto alumnos como docentes”.

Para concluir, compartió los títulos de algunos textos que abordan las matemáticas sin esa marca de difíciles, complicadas y negadas para muchos. Entre ellos, El diablo de los números, El hombre que calculaba, El último teorema de Fermat, El teorema del loro y Alicia en el país de los números.  

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