La actual pandemia del Covid-19 trajo una serie de cambios en los ámbitos sociales, económicos, de salud, educativos y otros; analizar el actuar de las personas frente a estos escenarios de la mano de la filosofía, llevó a Laura Serna Pérez, estudiante del plantel Azcapotzalco, a obtener la medalla de oro en dicha disciplina en la Primera Olimpiada Cecehachera del Conocimiento.
La estudiante de sexto semestre puso como tema principal de su ensayo, durante la segunda etapa del concurso, el cómo esta situación de emergencia sanitaria llevó a que se tuviera que discutir y elegir, en los espacios médicos, quién debía ser atendido con mayor prontitud en caso de ser contagiado por coronavirus, es decir, atender dilemas éticos.
Principalmente, explicó, “la pandemia nos ha hecho reflexionar sobre varios problemas éticos, como quién es más importante de atender ante una emergencia médica: un joven que no se cuidó o un anciano; así como si realmente está surgiendo un cambio de visión en las sociedades, si es posible hablar de una nueva normalidad”.
La joven, quien desea estudiar música de manera profesional, sostiene que esta disciplina le ayudará mucho en su formación académica, de ahí su interés por participar en el concurso. Es una materia que descubrió en la secundaria, “cuando empecé a leer sobre ella me llamó mucho la atención, realmente le entiendo y creo que es una asignatura que puede servir para todos los campos del conocimiento”, comentó.
“Desde siempre el ser humano se ha caracterizado por ser un ser curioso, siempre está en busca de un conocimiento, no importa del campo que sea; la utilidad de la filosofía radica en que sirve como un vínculo para poder entender nuevos saberes, al final, vayas a donde vayas, en todos los ámbitos estará, es el pensamiento del ser humano”.
En este sentido, expresó, “me interesa mucho la variedad de opiniones que pueden surgir sobre un mismo tema; siempre me han interesado mucho los temas relacionados a la estética, a la belleza, por lo que planeo estudiar artes; por lo tanto, puedo tomar mucho de la filosofía”.
Para alcanzar este resultado, la estudiante tomó clases extras sobre dicha disciplina con su maestro de Filosofía, Francisco Ochoa, quien fue su asesor; en esas clases revisó varios textos, escuchó diversos comentarios: “Fue pesado, pero al mismo tiempo, sencillo, porque lo relacionaba con la materia Temas Selectos de Filosofía; la unión de las dos materias junto con lo que nos daba mi profesor me dio una buena preparación”.
Laura, quien gusta de tocar el piano y la guitarra, destaca que fueron más horas de estudio, “aparte de mis tareas que me dejaban mis otras materias tenía que estudiar los textos que nos proporcionaba mi profesor, muchas veces eran complicados y tenía que leer dos veces y esto hacía que se prolongaran las horas de estudio; además el maestro nos cuestionaba mucho sobre ellos, poniéndonos ejemplos. Esta preparación fue casi de un semestre”.
Sin duda, afirmó, participar en la Olimpiada “me dejó mucho aprendizaje; los conocimientos que antes no tenía, la preparación y el aprendizaje de nuevas cosas en el sentido de que antes no me hubiera aventado a participar en un concurso, me dio las fuerzas para hacerlo”.
