Dania Bejarano Morales, psicóloga clínica y orientadora en hábitos digitales, conversó con los alumnos de este plantel sobre “Manifestaciones de la violencia digital”, en una sesión interactiva en la que, a partir de ejemplos y casos reales, les explicó cómo se desarrolla y afecta a las personas.
Lo novedoso de la sesión fue involucrar a los presentes en encuestas digitales en las que respondieron cómo actuarían ante casos específicos.
Un punto central que se abordó fue el artículo 20 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que define como violencia digital a “toda acción dolosa realizada mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación, por la cual se exponga, distribuya, exhiba, trasmita, comercialice, oferte, intercambie o comparta imágenes, audios o videos de contenido íntimo sexual de una persona, sin su consentimiento”.
En México, dijo, hay dos datos que alarman: que el país ocupe el séptimo lugar a nivel mundial en el tiempo que pasa una persona promedio navegando en internet, “con un total de 9 horas diarias de uso para poblaciones entre 16 y 64 años”, y que la mayoría de las víctimas de violencia digital sean mujeres de entre 18 y 29 años, mientras que 55 por ciento de los agresores son hombres.
Se observa, pues, que este problema ha tenido mayor alcance por el uso de las tecnologías, debido a que son de fácil acceso para todas las personas, lo que puede generar diferentes agresiones, entre las que se encuentra la sextorsión, que consiste en amenazar a la víctima con publicar contenido íntimo de ella, puntualizó.
La actual coordinadora del proyecto social Prevención de ciberviolencia, que brinda atención psicológica y jurídica a personas víctimas de violencia digital, apuntó que otras prácticas comunes que se pueden encontrar en las redes son: el control o acceso no autorizado, el monitoreo o acecho y control de la actividad en línea, los cuales afectan en gran medida a menores de edad.
También está el ciberbullying, hostigamiento o acoso contra una o varias personas, a través de redes sociales, el cual puede ser plasmado de diferentes modos, ya sean intencionales o con discursos y acciones de odio, perpetradas por al menos tres tipos de agresores: los que ejercen la violencia física o verbal; los espectadores incitadores, que apoyan al agresor, y los neutros, que no interfieren, pero tampoco ayudan a frenar el problema.
En la sesión de preguntas, se hizo hincapié en la necesidad de prevenir riesgos en los entornos digitales, evitar ser violentados y volverse agresores. “Debemos crear conciencia a través de la educación y orientación en temas de hábitos digitales y ciberseguridad”, concluyó.
Ante los agresores, suelen aparecer algunos ciberhéroes que intentan mediar entre las partes.
