Las nuevas vivencias deben vincularse a cuestiones positivas

El miedo puede permear a los estudiantes

Las nuevas vivencias deben vincularse a cuestiones positivas

El miedo puede permear a los estudiantes
Las nuevas vivencias deben vincularse a cuestiones positivas

La tarea de todo docente es intentar comprender el complejo mundo emocional y cognitivo de sus estudiantes y el propio, para intentar proveerles más experiencias, porque entre más tengan, mejor van a poder relacionarse ante los estímulos del entorno, detalló Georgina Barraza Carbajal, doctora en Lingüística por la UNAM.

La especialista abundó en que las nuevas experiencias, sobre todo en el estudio de la expresión verbal y no verbal de las emociones, “deben asociarse a emociones positivas que conduzcan a una reducción del miedo”, esto al sustentar la conferencia magistral “Ciento luego pienso, el poder de las emociones en el aula”, durante el Congreso sobre la Investigación Educativa en el Aula desde la Experiencia Docente del CCH.

Relacionado con lo anterior, agregó que toda interacción humana está permeada por la experiencia de emociones, resultado de la constante interpretación que hace nuestro cerebro de los estímulos que identifica, y que la ciencia, hasta bastante avanzado el siglo XX, estuvo impregnada por el racionalismo en el estudio del cerebro.

Sin embargo, en la actualidad se ha demostrado que distintas zonas cerebrales se activan ante un mismo estímulo, incluyendo aquellas consideradas reguladoras de emociones; y se ha comprobado que las zonas nuevas del cerebro, las supuestamente encargadas exclusivamente de la racionalización, se activan ante la experimentación de emociones.

Por lo tanto, indicó Barraza Carbajal, las emociones y los estados emocionales no son asunto exclusivamente psicológico, también son una cuestión neurofisiológica que determina la actuación y la relación de un ser humano con su entorno.

“Las emociones configuran la forma de pensar, de ser de un individuo: siento, por tanto, pienso, por tanto, soy. También la experimentación emocional sucede antes de lo que conocemos como racionalización del entorno”.

Para analizar el aula debemos pensar, aclaró la lingüista, en el enorme poder de las emociones, caso particular en el miedo porque estudiantes, profesores, padres de familia y sociedad en general hemos experimentado un miedo atroz causado por los estragos y resultados de la pandemia por Covid-19, y hoy por el miedo de regresar al mundo que dejamos dos años atrás.

“Ese miedo permea nuestras reacciones como docentes en el aula, pero también las reacciones de nuestros estudiantes frente a nosotros y otros compañeros profesores”. Pues, cuántas veces los profesores han escuchado que los alumnos tienen miedo, porque la esencia en muchos casos que se establece en el aula es la del miedo, es decir, miedo a ser criticado, a hablar en público, por lo que piensen de mí, por reprobar o por la reacción que pueda tener el profesor.

Por ello, el miedo puede, incluso, provocar puntos ciegos en la atención de las personas y, por lo tanto, sesgos cognitivos.

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