Después de mes y medio de trabajo académico, que implicó ejercicios de reflexión, análisis, tareas de observación y un recorrido histórico de las diversas situaciones de desigualdad que ha sufrido el género femenino, terminó el diplomado Feminismo: formación, sensibilización y propuestas didácticas, que se impartió a profesores de los cinco planteles del Colegio, por el Centro de Formación Continua (CFC) del CCH, y que estuvo coordinado por las maestras Silvia Velasco Ruiz y Cintia Martínez Velasco.
“Es atender una necesidad de la Universidad Nacional, y particularmente del Colegio de Ciencias y Humanidades, con relación a la violencia de género que se vive no sólo en la sociedad mexicana sino en todo el mundo, y que hay que cambiar”, apuntó Velasco Ruiz.
Sobre el ejercicio académico, resaltó que se cumplió con los objetivos, “hicimos una deconstrucción, reconstrucción y construcción de lo que es el feminismo como una doctrina teórico-política, también reflexionamos sobre las necesidades actuales de transformación, de la sociedad y sus lógicas patriarcales, visibilizamos los derechos de las mujeres y los recursos que brinda la Universidad para fomentarlos. Y se destacó el papel de sensibilización, muy fuerte, sobre el papel social de las mujeres”.
En este sentido, Julieta Sierra Mondragón, del comité organizador, sostuvo que dicho ejercicio académico fue una travesía que llegó a buen puerto. Fueron seis módulos de intenso trabajo, “de tareas continuas, aprendizajes, reflexiones y cuestionamientos, construcciones y deconstrucciones de nuestro andar, no sólo como docentes sino como personas, de convivencias en entornos inmediatos y familiares”.
Contempló, dijo, “un viaje histórico de heroínas, que alzaron su voz frente a la desigualdad de oportunidades, de trato y demás; conocimos que lo binario sólo es estilo de ropa, no de género, éste se viste de muchos colores, personas que se ganaron nuestra empatía, respeto y admiración; nos quedó claro que el patriarcado ha gobernado con exigencias y justicia, que dicta leyes, se justifica, se sobrevalora y siempre busca nuevas formas de sometimiento, insulta, golpea, y hasta mata”.
Por lo que toca a las nuevas generaciones decir: ya basta, subrayó, y la trinchera será la formación de los jóvenes con valores en un ambiente de respeto, solidaridad e igualdad con toda la comunidad escolar y familiar, donde no haya cabida a ningún tipo de violencia.
Y llamó a promover la prevención y después la denuncia, y que ésta sea escuchada y ejecutada, “prevenir, denunciar, investigar, atender, sancionar, reparar si se puede, no repetición y erradicación de la violencia y discriminación por razones de género”. Que se diga con firmeza que no se permitirá y se reprobará la violencia, “la erradicaremos de nuestra casa de estudios, porque todas y todos trabajaremos por la igualdad”, concluyó.
El diplomado se clausuró ante 28 docentes que participaron en la última jornada de trabajo en línea, el pasado 26 de septiembre.
