A fin de acercar a los jóvenes a la ciencia, el doctor Raúl Rojas González escribió el libro El futbol bajo el microscopio, un material en el que, a manera de cápsulas de divulgación científica, aborda diversos temas relacionados con ese deporte, pero desde el punto de vista de la física, la biología, la química o las matemáticas.
Docente e investigador en diversas universidades europeas, Rojas explicó que la obra nació de una serie de artículos que escribió hace tiempo para un portal de ciencia en Alemania, cuando se dio cuenta de que el futbol es algo que atrae a muchísimas personas y podía ser el gancho perfecto para aproximar a los jóvenes los temas científicos.
Entonces se puso a revisar los artículos, los transformó, mejoró y actualizó; los escribió en español y así surgió el libro, que por ejemplo habla de los movimientos de pelota, del chanfle, de las medidas del terreno de juego, de cómo se construyen las pelotas, “motivándolos a través del futbol para que les interese la física, las matemáticas o la biología”.
Al hablar sobre la próxima aparición de este material, el matemático y economista adelantó que cada capítulo aborda distintos temas, por ejemplo, cómo se comporta el balón en el aire, el cuidado que se le da al césped con ayuda de determinada luz y temperatura para mantenerlo en óptimas condiciones y cómo se utiliza la ingeniería para temperarlo, como lo hacen en el estadio Santiago Bernabéu.
El libro también da cuenta de la evolución y modelos que han tenido los balones a través del tiempo, el despeje, según Aristóteles, y detalles físicos como el coeficiente de resistencia (resistencia por fricción), el flujo laminar, el efecto magnus y la infinidad de estadísticas para medir la anotación de goles y los penaltis en los distintos mundiales o en la Euro 2021; desde la mejor edad para jugar en las copas del mundo, hasta llegar a la alta tecnología utilizada en los partidos.
En la sesión, organizada por el Programa de Fomento a la Lectura y Divulgación de la Ciencia, el autor especializado en robótica e inteligencia artifical contestó diversas dudas de los jóvenes, entre ellas, qué tanto puede el portero aguantar el tiro de penal, a lo que respondió que es “prácticamente imposible, ya que una vez que el jugador tira el penal, la pelota entra en fracciones de segundos”.
Lo que hacen los equipos, sobre todo en los mundiales y competencias importantes, es tener estudiados a los tiradores para saber cuál es el lado al que prefiere tirar, le dan una lista al portero y el portero escoge.
En fuerzas básicas se habla de entrenamientos científicos, ¿qué elementos se contemplan? Le preguntaron, a lo que contestó que los entrenamientos han cambiado muchísimo, por ejemplo, “cuando Maradona jugaba en Italia, los jugadores de lunes al miércoles se divertían y se emborrachaban, ya por el jueves se preocupaban y se iban a entrenar”.
Ahora todo está súper controlado, continuó, desde su alimentación, los jugadores cuando entrenan tienen aparatos pegados al pecho que monitorean el pulso cardiaco, la oxigenación, después de los entrenamientos pasan por diversos aparatos para medirlos.
“Una de las cosas que más impresionó cuando estaba haciendo este libro es lo que leí sobre las escuelas de Holanda, que son muy famosas, porque un jugador profesional tiene que tocar la pelota mil veces; además, todo se captura en video, está muy tecnificado. Los equipos profesionales de Europa tienen a matemáticos y estadísticos para seguir a sus jugadores”, explicó.
Sobre quién le parecía mejor jugador, si Leonel Messi o Cristiano Ronaldo, respondió que desde el punto de vista de la ciencia, sería Messi, pues ha anotado más goles por partido que Ronaldo, y es más completo; Cristiano es un jugador de alto poder en el área de anotación, pero Messi crea oportunidades para todo el equipo, observó.
Otro dato curioso que mencionó fue el número de calorías que gasta un jugador durante los 90 minutos del partido, pues según él, equivale a medio maratón; por otro lado, el físico de los jugadores es distinto, la altura promedio en el último mundial fue de 1.80 metros de altura, pocos equipos están debajo, incluso el equipo mexicano tiene un promedio alto, concluyó el docente del IPN y de la UNAM.
