Literatura fresca de Margo Glantz

A los dieciséis

Literatura fresca de Margo Glantz

A los dieciséis
Literatura fresca de Margo Glantz

En la colección La Academia para Jóvenes, cada título está perfectamente seleccionado para el público juvenil del CCH, de tal manera que, desde la sencillez con que se manejan los temas -legales, científicos, políticos o literarios-, hasta el tejido con que son confeccionados, estos libros consiguen hacer convivir armónicamente la forma con el fondo.

Los autores de dichos volúmenes, sean Felipe Garrido, Julieta Fierro, Jaime Labastida o Vicente Quirarte, forman parte de la larga tradición mexicana, pues cada uno ha hecho contribuciones a los campos académico e intelectual del país. Una de las más experimentadas escritoras de este grupo es Margo Glantz, quien, para esta colección, aportó un libro entrañable: A los dieciséis.   

Hablar de Margo es hablar de una autora siempre joven y contundente, genuina y provocativa, basta ver su actividad en Twitter para comprobar la sinceridad y el desparpajo con que se refiere a cualquier tema, la seguridad con que hace comentarios, las más de las veces lanzas, y uno que otro dulce para con los amigos más cercanos.

En A los dieciséis se persigue un modelo tuiteriano, al menos se pretende, que es la brevedad; compuesto, en gran parte, por viñetas que van de los temas de la infancia de la autora, la moda, la política, los viajes, los amigos, la fiesta, la escritura, todo visto con el filtro de una mujer que pone por delante la memoria (que no memoriosa) para hacerla combatir contra la ficción y la agudeza intelectual.

Este libro, que va de lo autobiográfico, a lo imaginado, a lo intertextual, puede verse como un diario sincerísmo, en el cual, Margo expone ideas sobre literatura, acaso uno de los rasgos que más atractivo hace a este libro. En este viaje por la memoria, que también lo es por las lecturas, el lector se encuentra con una autora afable, cordial y con gran sentido del humor.

Ensayista de ojo educado, Glantz exhibe ideas sobre el arte que son muy destacadas, incluso arriesgadas, sobre temas feministas, visas en la vida y obra de creadoras y filósofas como sor Juana Inés de la Cruz, Mariana Alcanforado o Alice James, hermana de Henry James.

A los anterior se suma la aparente frivolidad, que toma un vuelo muy inteligente y sarcástico como es el del consumismo, al que Glantz le dedica algunas divertidas palabras:

 

Me acuerdo de que soy consumista, vestidos, zapatos, collares, aretes, pulseras, ropa interior, libros, cuadros, chucherías, frutas, sombreros que nunca me pondré

 

Y será el “me acuerdo”, el leitmotiv que provocará que la narradora ponga la memoria más al servicio de la aparente frivolidad, como decir “Me acuerdo de que soy adicta al yogurt”, o exponer temas literarios con un prolijo tacto: “Me acuerdo de que Nabokov consideraba que Lolita fue mal leída y entendida: tenía razón”, “Me acuerdo al leer las Memorias, de Thomas de Quincey, que la inmortalidad es inmortal” o “Me acuerdo de Lydia Davis: me gusta”.

En este libro, la genealogía de Margo de su herencia judía se ve tropicalizada con la costumbre mexicana en la que le tocó vivir, a quien se le considera una de las promotoras y críticas de la llamada Generación de la onda.

Autora de obras clásicas de la literatura contemporánea mexicana, como Las genealogías o Síndrome de naufragios, Margo Glantz se acerca a la juventud para reinvetarse con ella, por ella y en ella. Con este libro, los estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades podrán dar el primer paso para conocer a una de las autoras vivas mexicanas más importantes del siglo XX. 

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