Laura Baeza, escritora mexicana y autora de Una grieta en la noche, sostuvo una charla con estudiantes del plantel Naucalpan como parte del Segundo Festival Cultural del CCH, donde habló acerca de sus libros, cómo se inició en la escritura, pero también señaló que sus obras “no tienen ningún mensaje; si piensan dedicarse a la literatura u otra cosa, no se desesperen, las cosas llegan en su momento”.
Ante los jóvenes, la autora comentó que Ensayo de orquesta es un libro que trata sobre la vida de unos músicos, ya que ella estudió música y tocaba el violín, sin embargo, ahora ya no lo hace “porque la vida literaria suele ser avasalladora, pero con eso pagué mis estudios y mi vida, con el oficio de ser músico”.
Asimismo, recordó que desde pequeña su sueño era ser escritora: “para mí el mundo era la fantasía a través de la pantalla del cine y la televisión, yo no podía ser actriz ni hacer películas, lo único que tenía que hacer era escribir para poner de manifiesto mi imaginación; esos fueron mis acercamientos a lo que más tarde se convertiría en mi profesión: crear historias”.
En ese sentido, reconoció que “no soy enemiga de estos medios (cine y televisión), me parecen extraordinarios, a cada persona le llegan de manera diferente. No tener acceso a muchas cosas me hizo valorar lo que tenía a la mano”.
Sobre su formación, comentó que las bibliotecas públicas jugaron un papel relevante, ya que “en casa no había libros, lo que me generó una miopía gracias a las traducciones de la literatura rusa, francesa e inglesa, de Porrúa y otras editoriales, que no fueron muy amables con sus lectores, pero nos tenían enganchados con esas lecturas extraordinarias”, añadió.
En cuanto a su libro Época de cerezos, reveló que remite a una planta nuclear en un tiempo postapocalíptico: “situé la historia en la frontera sur y tomé como referencia Tapachula, volteé a este sitio poque es donde suceden todo tipo de atrocidades, causada por los mexicanos”.
Por último, la autora de Niebla ardiente resaltó que la Ciudad de México es su escenario favorito, ya que “es una ciudad de horrores que me llama mucho la atención, pues desde el principio me interesó la literatura urbana, me siento identificada, a pesar de haber vivido en un lugar pequeño. Me causa fascinación los entornos donde te puedes despersonalizar porque hay demasiada gente alrededor y cada colonia es un universo”, concluyó.
“Si piensan dedicarse a la literatura u otra cosa, no se desesperen, las cosas llegan en su momento”.