Los adolescentes necesitan consumir alimentos y bebidas que les aporten la energía y los nutrimentos suficientes para disminuir el riesgo de resultados adversos, como retraso en el crecimiento, anemia, mal desempeño académico o una mayor probabilidad de cardiopatías.
Ésa fue una de las conclusiones que Mariana Parra, especialista en nutrición, destacó en la videoconferencia “Salud por una Escuela Sana. Mis hábitos, mi estilo de vida”, organizada por el Departamento de Educación Física del plantel Vallejo.
Parra enfatizó que, en este tiempo de pandemia, una mala alimentación puede derivar en enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, insuficiencia cardiaca congestiva o embolia pulmonar. Además de enfermedades de índole psicológico como depresión, baja autoestima o trastornos de la alimentación, lo que supone un riesgo incluso mortal.
Ante las consecuencias que puede acarrear una mala alimentación, la experta recomendó a los alumnos ejercitarse, “ya que la actividad física aumenta la relajación mental, mejora el estado de ánimo y fortalece el rendimiento intelectual”.
Según Parra, la dieta es un “conjunto de alimentos y platillos que se consumen cada día y constituye la unidad de la alimentación”. Acto seguido, mostró una dispositiva con la comparación entre comida chatarra contra comida saludable. Así, demostró que una hamburguesa tiene 440 calorías, el doble que una ensalada, o una pizza 470 calorías, en comparación de las 188 de un filete de carne magra.
Para finalizar, la especialista en nutrición recomendó a los alumnos que, para evitar complicaciones por la obesidad, deben llevar una sana alimentación de tres tiempos y dos colaciones, ingerir por lo menos cinco raciones de frutas y verduras al día, además de tener un horario fijo de comidas, evitar consumir comida chatarra, disminuir la ingesta de bebidas azucaradas e ingerir alimentos de origen animal sin grasa.
