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Efectos y beneficios del deporte

Sedentarismo, estrés y mala alimentación, algunas causas

Efectos y beneficios del deporte
Sedentarismo, estrés y mala alimentación, algunas causas

Los “malos hábitos” se incorporan de manera sorprendente a nuestra vida cotidiana hasta formar parte de ella, de modo que hoy nos encontramos ante situaciones de mala alimentación, altas dosis de estrés y el reemplazo de actividades físicas por pasivas. Por estos motivos, el síndrome metabólico (SM) está cobrando cada vez mayor importancia y se vuelve un tema urgente para conocer, prevenir y tratar.

El SM es un término empleado para designar un grupo de factores de riesgo que incluyen: obesidad visceral, hipertensión arterial, hiperglucemia y dislipidemia, los cuales predisponen al individuo a desarrollar enfermedad cardiovascular (ECV) y diabetes mellitus tipo 2 (DM2).

El sedentarismo se asocia con ganancia de peso y aumento de grasa visceral, lo cual predispone al individuo a una aparición del fenotipo característico del SM. Por tal razón, los efectos y beneficios que el ejercicio físico ejercen sobre el cuerpo humano justifican la planificación, aplicación y evaluación de programas que disminuyan el riesgo de los padecimientos mencionados.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha pronunciado a favor de acciones de prevención, fundamentalmente la alimentación sana y el ejercicio físico cotidiano, debido a que las causas del incremento de personas diagnosticadas con SM están marcadas por peso excesivo, obesidad y sedentarismo.

Se ha demostrado que la pérdida de peso inducida por el ejercicio físico cotidiano reduce significativamente la grasa total, la grasa visceral y mejora el bienestar cardiorrespiratorio. Esto significa que el ejercicio físico diario es una estrategia efectiva para reducir la obesidad en mujeres y hombres.

La evidencia favorable del ejercicio físico, la pérdida de peso y una dieta adecuada como atenuantes del SM es contundente. Se ha demostrado que tres horas de ejercicio físico moderado a intenso por semana disminuyen el riesgo de desarrollar el síndrome y que a mayor ejercicio mayores beneficios.

El SM tiene un componente genético y otro conductual. Los antecedentes familiares aumentan el riesgo a desarrollarlo, junto con una vida sedentaria, una dieta deficiente y el estrés, pero una temprana intervención basada en perder peso mediante cambios de hábitos alimenticios y más actividad física puede prevenirlo, y si ya está presente, corregirlo.

Así, el ejercicio físico cotidiano es la primera línea de tratamiento del SM, porque influye en todos sus componentes. Entre los múltiples beneficios que conlleva realizar ejercicio físico está la mejora de la sensibilidad de las células a la insulina, con lo cual se normalizan los niveles de insulina en sangre y se reducen los niveles de glucemia. El programa de ejercicio deberá:

 

Normalizar los niveles de insulina en sangre y reducir los niveles de glucemia.

Reducir factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.

Reducir la cantidad de grasa corporal.

Mejorar la resistencia muscular y cardiopulmonar.

Mejorar la fuerza y la funcionalidad del cuerpo para atender mejor las tareas cotidianas.

Aumentar la confianza, la seguridad y mejora del autoestima.

 

En el Departamento de Educación Física encontrarás la asesoría necesaria para iniciar un programa de ejercicio físico que te permita desarrollarte con un estilo de vida saludable.

Departamento de Educación Física: defcch@cch.unam.mx

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