Un Programa de Formación Docente, a partir del contexto institucional y de los sustentos teóricos que lo fundamentan, dispone de prácticas formativas que serán organizadas en coherencia con el modelo de gestión, las particularidades de los docentes y la concepción de enseñanza y aprendizaje que sostiene el Modelo Educativo y el plan de estudios, entre otros temas.

El Colegio de Ciencias y Humanidades, en la trayectoria con la que fue construyendo su identidad y logró el reconocimiento en el contexto de la educación Media Superior de nuestro país, a lo largo de más de cinco décadas ha hecho necesaria la articulación de la formación de profesores con los intereses y las necesidades curriculares, individuales o colectivas, para lograr la consolidación de su modelo educativo.

Cada propuesta para la formación de profesores debió ser comprendida, interpretada y sancionada en los límites históricos, sociales, culturales y educativos en las que emergen, se consolidan y se ajustan.

Las propuestas, proyectos o programas para la formación de profesores, una vez institucionalizados, admitieron disposiciones teóricas, orientaciones didácticas y disciplinares para sustentar las prácticas docentes e incorporar los cambios y trasformaciones de las ciencias y las humanidades, en coherencia y articulación con los cambios en los perfiles de profesores, noveles y expertos.

En cada propuesta de formación docente se han articulado enfoques, discursos de carácter político, académico y científico, y también se han insertado diversos actores que planean, conducen y evalúan los actos de formación, ya sea como diseñadores, impartidores o participantes.

El Programa Integral de Formación Docente (2019) planteó ejes de formación, y en el contexto de la pandemia y postpandemia, afrontó diversos retos para dar continuidad y coherencia a la formación de su planta académica; el Programa Emergente de Formación de Profesores en Línea (2020) y el documento Ajuste al Programa Integral de Formación Docente (2021 y 2022) conservaron las orientaciones dispuestas en el Programa y enriquecieron la formación de los docentes en modalidades poco exploradas, como fue el caso de la formación en línea y a distancia.

Igualmente debemos reconocer que han coexistido factores de carácter académico-administrativo, entre los que figuran el cambio de personal en las secretarías y departamentos de los planteles y de la Dirección General, los cambios o ajustes a los lineamientos y las normativas, así como de los recursos y las trasformaciones digitales que condicionan el conocimiento, la compresión, el análisis y la interpretación del Programa Integral de Formación Docente y los actos de formación desarrollados.