Los deportes alternativos son un tema de actualidad entre los educadores físicos. Se establecen debates respecto a los beneficios y desventajas de su utilización en la clase de Educación Física que se imparte en el ámbito escolar. Sin embargo, parece ser que esta argumentación no es el factor que determina su empleo o no. Robles (2013) afirma que condicionantes como la formación recibida, las experiencias previas o las instalaciones y los materiales disponibles son los verdaderos factores que determinan la elección de uno u otro contenido en la clase de Educación Física.
Este tipo de actividades son una excelente manera de fomentar la participación y la diversidad de habilidades motrices entre los estudiantes. Estos juegos y deportes alternativos son menos convencionales que los tradicionales (basquetbol, futbol, voleibol, etcétera), y a menudo involucran reglas y materiales diferentes a los conocidos.
Algunos autores han comenzado a definir el concepto de deporte alternativo. Barbero (2000) entiende como deporte alternativo todo aquel que se diferencia al tradicional, ya sea por el uso de un material diferente cuyo fin inicial no era la utilización de la actividad físico-deportiva, o bien, si ese fuera su fin, se utiliza de forma diferente para la que fue diseñado originalmente.
Por su parte, Hernández (2007) define el deporte alternativo como “aquel conjunto de actividades que, en contraposición con los modelos convencionales comúnmente aceptados, pretenden lograr un mayor carácter participativo y/o un explícito desarrollo de valores sociales, a través de modificaciones reglamentarias y/o la utilización de material novedoso, destacando la importancia de la implicación de los alumnos en este tipo de actividades, permitiéndoles que descubran por sí mismos mediante una participación de análisis y toma de decisiones, respuestas motrices en un contexto lúdico”.
Todas las definiciones sobre los deportes alternativos siguen una misma idea, comparten un nexo común y hacen hincapié en aspectos como la participación, desarrollo de valores, mínima importancia al resultado competitivo, material novedoso, etcétera.
Algunos de los deportes alternativos que pueden ser adecuados para su utilización en la clase de Educación Física son:
Ultimate Frisbee. Es un deporte de equipo en el que los jugadores intentan atrapar un disco volador en la zona de anotación del equipo contrario. Es un juego de ritmo rápido que fomenta la colaboración y el trabajo en equipo.
Spikeball. Es un deporte que se juega en equipos de dos personas. El objetivo es hacer rebotar una pelota en una red elástica de manera que el equipo contrario no pueda devolverla. Es un juego emocionante y veloz.
Frisbee gol. Similar al golf tradicional, pero en lugar de golpear una pelota con un bastón, los jugadores lanzan un disco para llegar al objetivo en el menor número de lanzamientos posibles.
Kin-Ball. En este deporte, tres equipos compiten en un juego en el que deben evitar que una gran pelota toque el suelo. Los equipos deben trabajar juntos para evitar que la pelota toque el suelo.
Quidditch Muggle. Inspirado en el juego de Quidditch de la serie de Harry Potter, esta versión terrestre implica correr con una escoba entre las piernas y anotar puntos en aros suspendidos.
Balonmano de tres. En lugar del balonmano tradicional con dos equipos, este balonmano involucra a tres equipos compitiendo en un campo más grande, lo que aumenta la acción y la estrategia.
Softbol de kickball. Similar al softbol, pero en lugar de batear con un bate, los jugadores patean una pelota. Es una versión más accesible para los estudiantes que tal vez no tengan experiencia en beisbol o softbol.
Tchoukball. En este deporte, los jugadores intentan lanzar un balón en una red de rebote en un marco especial. Se enfoca en la precisión y la toma de decisión rápida.
Floorball. Es una variante del hockey en la que los jugadores usan palos y una pelota para anotar goles en una portería. Es menos físico que el hockey sobre hielo o en césped.
Estos son sólo algunos ejemplos de deportes alternativos que pueden agregar variedad y emoción a las clases de Educación Física. Se pueden adaptar según las necesidades del entorno escolar y habilidades de los estudiantes, fomentar la inclusión y la diversión en el proceso enseñanza–aprendizaje.
REFERENCIAS DE CONSULTA
Barbero, J. C. (2000). “Los juegos y deportes alternativos en Educación Física”.
"Lecturas: Educación Física y Deportes", Revista Digital, 22. Recuperado de: http://www.efdeportes.com/efd22a/altern.htm
Hernández, J. M. (2007). “El valor pedagógico de los deportes alternativos”. Lecturas:
Educación Física y Deportes, Revista Digital, 114. Recuperado de: http://www.efdeportes.com/efd114/el-valor-pedagogico-de-los-deportesalternativos.htm
