Bárbara Carrillo

Bárbara Carrillo, del plantel Vallejo

Desde niña practica el nippon kempo, una añeja técnica de defensa personal japonesa

Bárbara Carrillo, del plantel Vallejo
Desde niña practica el nippon kempo, una añeja técnica de defensa personal japonesa

Detrás de una sonrisa permanente y grácil, Bárbara Carrillo Herrera esconde una personalidad férrea que sus oponentes conocen en sus letales golpes durante los torneos de nippon kempo en los que participa desde niña.

“Si me caigo siete veces, me levanto ocho”, ese es el carácter y madurez de Bárbara Carrillo Herrera, una atleta  de alto rendimiento de 16 años, estudiante del plantel Vallejo, tiene promedio de nueve, practica desde la infancia nippon kempo, una añeja técnica de defensa personal japonesa. La joven  tiene presente que la disciplina, su familia y la UNAM son sus principales apoyos para continuar con su desarrollo personal.

El nippon kempo, un arte marcial japonés milenario que permite golpes, patadas, rodillazos, pero a la vez impulsa el desarrollo personal y espiritual, es un deporte que llegó a su familia a través de su padre, pasó a sus hermanos para después, de manera natural, instalarse en el corazón de esta joven cecehachera.

Sus sueños de participar en torneos internacionales se forjaron en su casa y en pequeños gimnasios donde entrenaba desde muy corta edad, ubicados en colonias populares al norte de la ciudad a los cuales acudían sus hermanos.

Después de años de constancia, esfuerzo y con el apoyo incondicional de sus cercanos, llegaron las medallas, los podios y los torneos que siempre anheló, entre ellos la competencia deportiva más importante en su rama en Osaka, Japón, el All Japan Championship, donde representó a México.

“Es difícil practicar un deporte de alto rendimiento y a la vez estudiar, pero no imposible. Cuando entré al plantel Vallejo, al principio fue un poco difícil entender el ritmo, el modelo de aprendizaje, pero cuando lo asimilé ya fue más sencillo avanzar. Al principio tuve que priorizar y dejar de ir a entrenar un par de meses”, recuerda.

“A mí lo que me ha dejado el nippon kempo es nunca rendirme; siempre levantarme y persistir… si me caigo siete veces, levantarme ocho”, sentencia.

En Bárbara la derrota no existe, solo es oportunidad más para crecer y cada momento un instante para aprender: “cuando fui por primera vez a un torneo internacional a Estados Unidos me di cuenta de lo importante de hablar inglés, regresé y me metí a estudiar un poco del idioma, cuando fui a Italia al otro año pude comunicarme mejor con mis demás compañeros y eso me hizo muy feliz”, agrega.

Entre lo que más la hace sentir orgullosa es su familia, la UNAM y representar a nuestro país, por eso enfatiza que, cuando compite y lo hace por nuestra nación su nombre “ya no es es Bárbara, sino México”, se vuelve una guerrera.

“Representar a México es un gran honor, traer a mi país en las espaldas, ya no soy Bárbara Carrillo, soy México”, asegura.

Recuerda su última participación en septiembre 2023 en Osaka, Japón, donde quedó de subcampeona, torneo al cual acudió por su constancia, acompañada de toda su familia.

“Fue un torneo muy bonito. El día de la competencia me levanté nerviosa. Me puse el equipo, calenté con mi hermano, mi primer combate fue con una cinta negra y me sentí extremadamente feliz porque estaban mis papás”.

Bárbara recomienda ser organizados para alcanzar el éxito: “sí lo tienes puedes lograr lo que quieras. El deporte y la escuela te enseñan a ser disciplinado, a superarte a ti mismo, a cumplir con tu familia, tareas y metas”. 

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