Olimpiada

Olimpiada del Conocimiento 2019

Un gran futuro espera a los medallistas en física, química, biología, matemáticas, filosofía y literatura

Olimpiada del Conocimiento 2019
Un gran futuro espera a los medallistas en física, química, biología, matemáticas, filosofía y literatura

A diferencia de algunos meses atrás, hoy no se trataba de presentar un examen, de escribir un ensayo, de argumentar o de resolver problemas; en esta ocasión, el campus universitario sería el escenario para registrar la alegría de saberse ganadores, ya que ellos habían demostrado ser los mejores en física, química, biología, matemáticas, filosofía y literatura a nivel bachillerato, se trataba de los vencedores de la 9ª Olimpiada Universitaria del Conocimiento 2019; orgullosamente cecehacheros.

Mediante la participación en este tipo de actividades académicas, el Colegio busca impulsar el trabajo colaborativo entre profesores asesores y alumnos que permita reafirmar el conocimiento disciplinario y contribuya a crear una actitud de competencia, además de forjar valores sólidos y comprometidos para que se alcance la excelencia académica. En esta edición fueron 16 los cecehacheros ganadores.

La cita era al mediodía, pero algunos se habían adelantado un poco, como Maureen e Iván, que venían desde el norte de la ciudad. Más tarde, con mayor desenvoltura y algarabía, arribó el grupo del plantel Vallejo: Héctor, Rebeca, Ariadna, Patricio y Krisna, acompañados por la profesora Juana Elena Córdova, sus voces comenzaron a sentirse en la pequeña sala de la Dirección General del CCH, donde fue el punto de reunión. 

De los planteles Sur y Naucalpan se incorporaron Salvador y Gabriel; en el ambiente se podían observar los rostros de felicidad de sus padres, tía y hermano, y no faltaron los amigos, como Nayeli, que llegó junto con Marco. Más tarde, tocó el turno a Alejandro, quien rápidamente se incorporó al grupo. 

La sesión de fotos inició en la Dirección, en el espacio donde se localizan los escudos y el nombre de la institución, para entonces, ante los rostros serios, algunos padres hacían el llamado a sonreír y dejar atrás la formalidad, “a pesar de que ellos (los jóvenes) a toda hora se toman selfies, parece que hoy están muy nerviosos”, decía la madre de uno de los chicos.

Y no era para menos, pues muchos de ellos no se conocían y no habían tenido la oportunidad de visitar las instalaciones y el campus.

Con la Torre de Rectoría a sus espaldas, caminando por sus jardines, acompañados por sus padres, amigos y maestros, o por áreas del conocimiento, fueron algunas de las instantáneas que se quedaron registradas. 

Un poco apresurados y acalorados, y de último momento, llegaron Andry, Samuel, Ricardo y Estefany, de los planteles Oriente y Azcapotzalco, quienes se integraron de inmediato. Sus familiares, entre tanto, los esperaban sentados en los escalones que miran hacia las Islas, en busca de un poco de sombra que para entonces se convertía en algo urgente. 

Ante el ir y venir, poco a poco el ambiente se volvió menos rígido, y a pesar de que el sol caía a plomo sobre sus cabezas y de que tenían que abrir bien los ojos ante cada toma, no dejaron de sonreír y de sentirse orgullosos.

Entre una toma y otra, se enteraron, entre ellos, en qué disciplina fueron vencedores, intercambiaron opiniones, otros compartieron sus proyectos profesionales que van desde la medicina, la ciencia genómica, química, física, filosofía, a la investigación espacial, así como también sus gustos.

Al final, alguien sugirió la última imagen, aquella con el puño en alto y entonando la Goya universitaria, todos estuvieron de acuerdo, y así con el rostro frente al Sol y bajo la mirada del mural de Juan O’Gorman, plasmado en la Biblioteca Central, que refleja la historia colonial de México y la mezcla de culturas, caminan hacia su futuro, el cual se vislumbra muy prometedor.

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