tristeza

“Me lleva la tristeza ¿qué hago?”

Especialista explica cómo lidiar con el sufrimiento

“Me lleva la tristeza ¿qué hago?”
Especialista explica cómo lidiar con el sufrimiento

En la vida hay muchos eventos y pensamientos que son inevitables, como el dolor, pero no podemos dejar que nuestro día a día sea dirigido por nuestras emociones, eso es inestable, tanto como el clima, consideró el psicólogo Luis Fernando Borja Hernández, al ofrecer la charla “Me lleva la tristeza ¿qué hago?”.

Coordinada por la Facultad de Psicología y la Dirección General de Orientación y Atención Escolar (DGAE), la plática buscó ofrecer a los jóvenes algunos elementos y herramientas “para orientarlos en esta tormenta de emociones, ese fenómeno perturbador de la pandemia que se ha extendido”.

Para hacerlo más ameno a su audiencia, Borja se refirió al villano Thanos y su guante con las gemas del sufrimiento, de la película The Avengers, para referirse a las emociones que como el personaje también son inevitables.

Lo central es saber qué son y cómo utilizar los poderes de esas gemas para generarnos bienestar y no sufrimiento, traumas, depresión o ansiedad, porque casi todas ellas tienen un doble filo que hay que saber manejar con sabiduría.

Necesitamos, expuso, equilibrio entre lo que pensamos y sentimos; una dirección valiosa, comprometida con lo que nos importe en la vida; con la separación de pensamientos; dejar ir lo negativo; la compasión con lo que sentimos; la aceptación sobre lo que puedo cambiar y lo que no y la búsqueda de significado.

Contactemos con aquellas cosas, personas, valores y actividades que dan sentido a nuestras vidas, porque éstas son más seguras que las emociones, fue el llamado que hizo el psicólogo al detallarles lo que son las llamadas gemas del sufrimiento.

Por ejemplo, de las del alma, les dijo, se refieren al dolor que es inevitable, como un sistema de alarma para evitarnos lo riesgoso, “imagínense lo peligroso de no sentir dolor, nos podríamos causar daño sin darnos cuenta, el dolor tiene un fin adaptativo importante y es parte de la vida”.

Hay eventos que inevitablemente son dolorosos, por ejemplo, la enfermedad, el envejecimiento y parte de los mismos ciclos de la vida, crecer, cambiar de un grupo social, salir de la universidad o morir, son sucesos inevitables, explicó a los estudiantes.

Sobre la gema de la Mente, recordó que los seres humanos no controlamos nuestros pensamientos, prácticamente ocurren de manera automática, pero les explicó que “no somos lo que pensamos, aunque a veces así lo parezca, siempre tiene que ver con el contexto de lo que nos ocurre” y esa gema es otra fuente que puede contribuir al malestar y sufrimiento de las personas.

En cuanto a la del Tiempo, que nos permite viajar al pasado, explicó que es un poder muy útil que permite planear, recordar y aprender, pero es un doble filo, porque también nos puede anclar a cosas tristes o desagradables, por eso hay que tener cuidado al manejarla, dado que el sufrimiento también puede ser infinito.

La del Poder, abundó, se refiere a la capacidad que tenemos para elegir nuestras acciones, cuando nos acercamos a las cosas agradables, importantes de la vida o nos alejamos de aquellas que consideramos desagradables, incómodas o dolorosas, aquellas inevitables, que no aportan nada a nuestra existencia. En la vida, dijo, existe lo bueno y lo malo y en ambos lados influyen los acontecimientos del día a día.

Al referirse a la del Espacio, explicó que tiene que ver con el lenguaje de algo que se comparte entre las personas que construyen la realidad, por ejemplo, la comida, la felicidad, el éxito, las emociones, pero no son iguales en todas las culturas, en realidad “las emociones son una forma arbitraria de referirnos a ciertos estados de ánimo y en cada cultura se le nombra diferente”.

La de la Realidad ubica a las emociones como anteojos que tiñen nuestra experiencia, dijo, porque si estoy triste tendré ciertos pensamientos y conductas que tienen que ver con ella, si me despierto feliz el tráfico no me afectará, pero si estoy enojado, quizá me conduzca de otra manera.

La tristeza, acotó, tiene que ver con un sentido de pérdida, de baja energía, aparece cuando hemos perdido el brillo, algo que teníamos y no necesariamente un ser querido, puede ser una habilidad, por ejemplo, ahorita con la pandemia, perdimos el contacto social y eso ha sido algo difícil de sobrellevar para muchos, concluyó. 

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