A decir de la Unesco, el 2019 fue el segundo año más caluroso de todos los tiempos y marcó el final de la década con más calor (2010-2019) que se haya registrado jamás.
Es la primera vez que las Naciones Unidas, bajo un mismo esfuerzo de compromiso, comprendió que no se puede lograr un desarrollo realmente inclusivo y duradero si no se integra la perspectiva económica, social y medioambiental.
A pesar de que las emisiones de gases de efecto invernadero cayeron alrededor de un 6 por ciento en 2020 debido a las restricciones de movimiento y las recesiones económicas derivadas de la pandemia de la Covid-19, esta mejora fue solo temporal.
El cambio climático no se va a pausar. Una vez que la economía mundial comience a recuperarse de la pandemia, se espera que las emisiones vuelvan a niveles mayores.
Los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera aumentaron hasta niveles récord en 2019.
El progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado acompañado de una degradación medioambiental, que está poniendo en peligro los mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro (y ciertamente, nuestra supervivencia).
Necesitamos más inversión verde. La Unesco, en su Agenda 2030, plantea en su objetivo 15: Vida de ecosistemas terrestres. En este punto menciona la importancia de conservar la biodiversidad, ayudando a luchar contra la desertificación y contribuir a detener la degradación de la tierra.
Además, señala la importancia de ser respetuosos con la fauna y flora silvestres, ya que las zonas protegidas bien gestionadas contribuyen a tener ecosistemas saludables por pequeños que pudieran parecer. Trabajar con el medio ambiente significa proteger a las personas y ayudar al planeta en su conservación.
El Bachillerato de la UNAM es pionero en los Aprendizajes Basados en Proyectos (ABP) y el CCH ha consolidado su Modelo Educativo gracias a la labor docente y a la estupenda respuesta de su comunidad estudiantil.
El Departamento de Educación Física, en su Programa de Estudios Unidad 4, Formación para la recreación, contempla el cuidado del medio ambiente.
La planta académica del departamento realiza periódicamente ABP para mejorar las áreas verdes que contemplan los diferentes espacios deportivos de los planteles; por ejemplo, se llevan a cabo acciones que contribuyen a mejorar la apariencia y cuidado del medio ambiente.
Algunas de las acciones son la siembra de árboles y los trabajos comunitarios que inciden directamente en la apariencia visual de los espacios y la sensación de bienestar se refleja a la hora de practicar algún ejercicio físico o actividad deportiva, sin mencionar el beneficio que se genera para toda la comunidad estudiantil.
Sabemos que el esfuerzo es enorme y el compromiso es inmenso, sin embargo, las y los académicos que integran el Departamento de Educación Física del CCH están comprometidos con la mejora del medio ambiente, ya que es una extensión diaria en su práctica pedagógica y didáctica.
Algunas estrategias van encaminadas al uso y consumo sostenible, al cuidado de los recursos naturales y a posibles mejoras y cuidado del entorno, de tal manera que se pueda satisfacer la necesidad de generaciones futuras.
Si estás interesado en ayudar y contribuir de manera positiva al medio ambiente, contacta al Departamento de Educación Física (defcch@cch.unam.mx) y hazles saber el interés que tienes al respecto, recibirás información y te compartirán las acciones que se realizan en cada plantel.
