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Optimizan evaluación

Presentación de estrategias para calificar el desempeño

Optimizan evaluación
Presentación de estrategias para calificar el desempeño

Obtener evaluaciones viables en clases a distancia. Ese fue el propósito principal de la charla que Guadalupe Vadillo y Jackeline Bucio, docentes del bachillerato a distancia de la UNAM, impartieron en el marco del programa Evaluación de los aprendizajes en línea. Esta conferencia virtual formó parte del ciclo Webinar en apoyo a la docencia en línea, organizado por la secretaría de Servicios de Apoyo al Aprendizaje.

Durante su exposición, las profesoras plantearon las problemáticas más comunes en torno a la evaluación del desempeño escolar de los alumnos en confinamiento y ofrecieron algunas opciones para facilitar esta actividad a los profesores.

Una vez que ya estamos volcados hacia las aulas en línea, a trasmitir los conocimientos a distancia y recibir las actividades de los estudiantes en línea, expresó Vadillo, “nuestro siguiente problema es evaluar y seguramente estarán no cansados, sino exhaustos de lo que implica la evaluación del trabajo en línea; por la planificación, el hecho de que los alumnos van a enviar un video y éste fue de diez minutos porque no se especificó la duración, y entonces hay que revisar 30, 40, 60 videos y dar una evaluación a los estudiantes y procurar una retroalimentación pertinente y clara que les permita realmente aprender”.

Ante este caudal de trabajo, añadió, “los profesores deben ser muy organizados en cuanto al envío de archivos, pues la parte de las calificaciones es muy relevante, pero, más allá del factor numérico,  queremos compartirles algunas estrategias cualitativas acerca de qué buscamos cuando evaluamos, y con ello mostrarles un panorama de evaluaciones para valorar y que el estudiante, por ende, mejore. El objetivo es darle la vuelta a ese terror que se instala en ellos y en nosotros”.

 

La rúbrica es clave

Un elemento esencial que destacó Vadillo fue la rúbrica: “Creemos que todo profesor tiene una rúbrica para facilitar su evaluación, y ésta debe ser congruente con las instrucciones, con lo que se solicitó de manera precisa. Si, por ejemplo, el profesor evalúa un rubro a la vez o sólo cuestiones técnicas, si no se empalman los descriptores (palabra o enunciado que definen el contenido en un texto y sirven para su clasificación), porque quizá se revisa dos veces lo mismo, y si la columna de sumas presenta la nota más alta posible”.

Cuando la rúbrica tiene tres elementos, detalló Bucio por su parte menciona: “solemos calificar por la mitad, así que cuatro es ideal para una rúbrica”. Porque a veces, agregó Vadillo, “preferenciamos sólo el contenido o detalles de la presentación; así que la rúbrica mide si está hecho en Word, verifica tipografía, bibliografía, si la portada tiene nombre o el contenido está al revés. Estas cosas son importantes, porque se trata de que el estudiante genere un escrito académico”.

Y recalcó: “Lo mismo pasa si doy instrucciones para que el trabajo tenga tales detalles y genero otra rúbrica que tiene cosas diferentes. Si eso sucede, el alumno se queda sorprendido y confundido, entonces va a sentir que no fue evaluado con justicia y equidad. Por ejemplo, el rubro bajo tiene entre una y dos referencias bibliográficas, y el siguiente rubro dice entre dos y tres. Pero si el trabajo tiene dos, ¿dónde lo pongo? Entonces tienen que ser totalmente excluyentes los rubros de los descriptores”, subrayó Vadillo.

Las ponentes también ofrecieron recomendaciones para estimular al alumno en sus trabajos y lograr una buena evaluación a través del aprendizaje, involucrarlo en temas trascendentales”, concluyó Bucio. 

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