Para mí, el plantel Azcapotzalco del Colegio de Ciencias y Humanidades significa un segundo hogar, porque fue un lugar de aprendizaje permanente: aprendí de mis errores y de mis logros, así como de los buenos y malos momentos.
Aquí también aprendí a aprender, tal como lo indica uno de los principios de su sistema educativo; aprendí a ser responsable y también a que no siempre se gana y que perdiendo también se puede sacar algo bueno, porque cuando nadie más estaba a mi alrededor, el CCH siempre me abrazó.
En esta etapa de mi vida tuve contacto con muchas personas que quizá ya no vuelva a ver; sin embargo, también conocí a muchas más que nunca olvidaré, siempre las recordaré y, algunas de ellas, seguramente formarán parte de mi entorno amistoso para siempre.
A mis compañeros de nuevo ingreso quiero decirles que disfruten su plantel del CCH al máximo. Puedo asegurarles que van a reír, a llorar, a estar tristes, se estresarán y se emocionarán, pero todo es una etapa, y les garantizo que es la mejor que tendrán en su vida académica.
Estar en una escuela como el CCH es increíble, y no por el hecho de que vamos a estar bien todo el tiempo, sino porque de las bajas y las altas aprenderemos lecciones de vida, así como experiencias; para mí, hablar de experiencias no se trata de gozar las frustraciones ni los logros, sino disfrutar del camino, y muchas veces van a sentirse en familia y otras no tanto, y al final eso está bien.
No siempre encajarán con todo el mundo en la escuela y en la vida, encajarán con ustedes mismos y eso es mejor, porque descubrirán cosas que quizá pensaban que no les gustaban, algunas otras serán muy nuevas para ustedes, y habrá personas con las que se identificarán, y es ahí donde encontrarán amigos verdaderos, que seguirán viendo el resto de su vida y les prometo que estarán agradecidos con el CCH por siempre.
A este bachillerato universitario no es tan fácil ingresar, así que no cualquiera tiene el privilegio de estar aquí; por ello, siéntanse orgullosos de pertenecer a una de las mejores escuelas del país, ya que el aprendizaje que recibirán no se compara con ningún otro. Por esto y por mucho más puedo decirles que su verdadera casa siempre será la Universidad Nacional Autónoma de México.