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Relaciones sanas basadas en la igualdad

La profesora Julieta Sierra impartió la conferencia

Relaciones sanas basadas en la igualdad
La profesora Julieta Sierra impartió la conferencia

Uno de los temas cruciales de la igualdad de género es la valoración de las labores del hogar, que mayormente efectúan las mujeres. Se trata de actividades indispensables, pero que no se reconocen ni se retribuyen económicamente. Por ello es indispensable apreciarlas y que los hombres participen en ellas.

Así lo afirmó la profesora, Julieta Sierra, del área del Ciencias Experimentales, durante la ponencia “La importancia del trabajo privado no valorado”, presentada en el marco de la conmemoración del 8M y dentro de la Primera Jornada Sobre Violencia de Género, del plantel Oriente.

La docente se preguntó si el trabajo privado, aquel realizado en la casa, es valorado hoy. En ese sentido, comentó que no existe mucha información sobre el reconocimiento de las labores hogareñas en distintos periodos históricos, pero que sin duda se ha considerado que la casa es el lugar “natural” de las mujeres.

La también integrante de la Comisión de Igualdad de Género local sostuvo que el desempeño de las tareas caseras corresponde a estereotipos: se considera que a las mujeres les corresponde limpiar, arreglar y cuidar a los niños, “pero esto no es un hecho de la naturaleza, sino una construcción social”.

Agregó que, durante siglos, incluso el arte mostró a las mujeres en su papel de protectoras, generalmente fomentado por creencias religiosas. Por ejemplo, la representación de mujeres cuidando bebés o, en el modelo cristiano, el arraigado culto a María, que generaba una visión basada en el sacrificio por los hijos, la renuncia a la sexualidad y la negación del placer terrenal.

“Asimismo, el capitalismo dibujó los contornos de la maternidad, cuando el trabajo se desplazó fuera del hogar por la industrialización. Las mujeres quedaron en la esfera de lo privado y la crianza de los niños comenzó a ser su responsabilidad primaria”, dijo.

Durante la Segunda Guerra Mundial se perdieron millones de vidas, “por lo que se llevaron a cabo campañas para convencer a las mujeres que su función era restituir esas vidas y se estimuló la maternidad”, explicó.

Así, concluyó, “se consolidó una valoración social y económica distinta para el trabajo de mujeres y hombres, que se traduce en desigualdad hacia las actividades femeninas”.

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