cultura evaluativa

Impulsan sentido colaborativo y de integralidad

Los docentes deben sumarse como agentes de transformación

Impulsan sentido colaborativo y de integralidad
Los docentes deben sumarse como agentes de transformación

Bajo la premisa de que si cambia la evaluación, también cambia la enseñanza, la doctora Frida Díaz Barriga Arceo hizo un llamado a sus pares a innovar en la evaluación desde una mirada pedagógica, y con la comprensión de lo político y lo social.

En su conferencia magistral “La evaluación en los aprendizajes”, ofrecida en el segundo día de actividades del coloquio La evaluación en la institución y en el aula, coincidencias y discrepancias, puso énfasis en que es importante que la evaluación genere agenda en los actores educativos, al tiempo que permita comprender lo logrado en el acto educativo y ejerza procesos de democracia y participación.

La doctora en Pedagogía subrayó que se ha avanzado en diversidad de actividades de evaluación, pero es insuficiente, particularmente después de la emergencia sanitaria y todo lo que trastocó en este ámbito.

Cambiamos los instrumentos, pero no cambia la cultura de la evaluación, ya que tal como evaluamos así enseñamos. Por lo que sigue siendo un reto transformar la cultura de la evaluación, afirmó, tras proponer el enfoque de evaluación auténtica, que busca arrojar una serie de elementos para valorar el aprendizaje y, en el caso del CCH, “valoración y autorregulación de una formación integral: saber ser, hacer y convivir”.

Por su parte, los profesores José Alfredo Delgado y Erandy Gutiérrez presentaron “Evaluación educativa en entornos dinámicos para el desarrollo de habilidades a futuro: una cultura de colaboración”, en la que recordaron que la evaluación, vista como un proceso de investigación más que como una acción descalificativa, es una posibilidad de formación y es aplicable a la institución, al currículo, a los saberes pedagógicos o al individuo.

Manuel Cabrera Chim, licenciado en Psicopedagogía, habló sobre “El vínculo de la enseñanza-evaluación para desarrollar evaluaciones formativas”, en la que propuso dejar de verla de manera segmentada, “pues es un proceso donde se evalúa el total de los aprendizajes”. La evaluación, dijo, como parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, “permite saber el grado en que se han logrado los objetivos educativos establecidos, por tanto, posibilita mejorar la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos”.

Por una evaluación formativa

En la tercera jornada de trabajos, la investigadora Mariana Zúñiga García dictó la conferencia magistral “La evaluación en el aula y a gran escala: caminos entrelazados”, en la cual se pronunció por una evaluación que contribuya a la mejora del aprendizaje, “con y para los estudiantes”, vinculada con los procesos de enseñanza-aprendizaje, que ofrezca retroalimentación oportuna y específica a los alumnos y oriente la enseñanza de los docentes, creando un clima de confianza y responsabilidad compartida.

Ante el contexto del regreso a las aulas, llamó a evaluar más y calificar menos, “pero evaluar en el sentido formativo”. 

Patricia Alcázar habló de “Los retos de la evaluación en la actualidad”, y consideró que son tres: el aumento del rezago escolar, que los profesores se asuman como agentes de cambio, y aceptar mayores desafíos para lograr mejores prácticas educativas.

Los maestros Maralejandra Hernández, María Luisa Trejo, Armando Segura y Pablo Ruiz ofrecieron la conferencia “La experiencia en el proceso de evaluación de los programas de estudio TLALTL I y II”, en la que expusieron las dificultades y complicaciones de la enseñanza - aprendizaje en su área y propusieron cómo abordar los temas de mayor dificultad y formas de evaluar los conocimientos de los estudiantes.   

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