Sobre el tema la calidad de la enseñanza, tiene que ver con la posibilidad de potenciar el aprendizaje de los alumnos, de forma cualitativa, lo cual consiste en ver cómo hay que motivar a los alumnos para que logren aprender y ésto sea significativo.
Una parte importante de este problema se centra en que, como lo señala Barbara Oakley (2017, Mindshift), “el profesor tiene que hacerte sentir bien acerca de los materiales que te presenta y llevarte a sentirte bien acerca de ti mismo”. Es decir, hablar de la calidad del aprendizaje plantea el problema de que hay una crisis en la educación, ya que los estudiantes no están motivados.
El libro de Barbara Oakley que cito se basa en plantear uno de los principales problemas en la enseñanza, que consiste en que los alumnos en un buen porcentaje no están suficientemente motivados para aprender.
Sin embargo, hay que analizar en qué consiste esta falta de motivación, ya que paradójicamente los cursos en línea de MOOC tienen un impacto sin precedentes, pues ha demostrado que la gente tiene sed de aprendizaje, pues cada vez aumentan los millones de inscritos a los cursos en línea.
Para abordar la problemática en la calidad de la enseñanza, hay que observar lo que Barbara Oakley señala y es la posibilidad de hacer un cambio drástico, un cambio de mentalidad que posibilite el aprendizaje de temas para los alumnos, de temas que incluso puedan parecer que no le gustan o con los cuales tiene dificultades de aprendizaje.
Ella señala esta posibilidad con el “mindshift”, lo cual puede tener la posibilidad de entenderlo como un cambio de giro en el cerebro, o hacer un cambio de perspectiva para atender los problemas que se enfrentan en la enseñanza.
Esto supone que tendremos que realizar un cambio creativo, que sea tan edificante, que se logre el cambio de actitud en el estudiante que esté dispuesto a realizar el aprendizaje en temas que no domina, en los que se siente poco apto.
Este cambio de actitud mental no solo involucra el aprendizaje, también se da en casos específicos como obtener nuevas habilidades, lo cual ha de llevar a cambiar actitudes, o cuando se cambian formas personales de vida, y se da también en las relaciones personales.
Por ejemplo, existe una persona que se le llamará Graham que estudiaba música y cambió de carrera, la habilidad que tenía para escuchar música la transformó para tener empatía con los pacientes. Pudo establecer esa escucha, al darle a sus pacientes mayor espacio para hablar, lo cual producía un mejor diagnóstico, y eso también dependía de la relación médico paciente.
Esto podría llegar a aplicarse para motivar a los alumnos para que ellos mismos descubran sus habilidades, si se pudiera decir innatas, para aplicarlas a aquellas áreas que necesitan reforzar tanto en materias que les resultan difíciles o en temas que les cuesta comprender.
El caso de Graham es muy significativo, ya que la misma habilidad para ser músico, la pudo adoptar para establecer una buena relación con sus pacientes.
Resultó muy sorpresivo que sus años en practicar con la improvisación musical, le pudiera servir años más tarde en su práctica de la medicina. Esta creatividad es la que deberíamos construir en la práctica escolar para multiplicar las habilidades que tienen los jóvenes y puedan usarlas de diferente manera en toda su práctica escolar de aprendizaje.
De ahí que el autoconocimiento es sumamente importante, pues las habilidades que ya poseen los alumnos pueden ayudarles a potenciar otras virtudes para conocer otros temas.
El aprendizaje requiere que el alumno comprenda de forma profunda los temas del programa, y para comprenderlos es necesario que escriba de forma personal sobre ellos, que comparta su interpretación con sus compañeros de equipo, que se haga preguntas sobre el tema.
Un problema que existe en la escuela es que se satura a los alumnos de mucha información. Este proceder inhibe el proceso del cerebro en su función de aprendizaje, pues no realiza en el cerebro el alambrado de sus neuronas, pues las vías se encuentran saturadas, y entonces no aprende. Además, se estresa y se angustia, estos estados anímicos también inhiben el verdadero aprendizaje.
Este tipo de problemáticas se complica aún más, porque los alumnos no tienen tiempo de alimentarse sanamente.
Recordemos lo que dice Barbara Oakley: el estudio es una actividad en proceso, por eso es tan importante que hagamos entender a los alumnos que el estudio no se da de un día para otro, ni tampoco lo van a conseguir en una sola noche de desvelo, hay que utilizar la técnica “pomodoro” de la que habla Oakley. Consiste en distribuir el tiempo para que a diario se estudie un mismo tema y en la repetición se fragua el saber.
También ayuda al aprendizaje tener en cuenta la emoción y el placer, para que el cerebro deje pasar esa información.
