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Este ideal ya debe forjarse

Pasquier llamó a actuar contra la crisis a partir de la transdisciplina

Este ideal ya debe forjarse
Pasquier llamó a actuar contra la crisis a partir de la transdisciplina

Ante los actuales desafíos socioambientales que enfrenta la humanidad es importante considerar el papel de la educación para la configuración de futuros más sustentables, así como establecer ideas sobre cómo se puede impulsar esta transformación, señaló Ayari G. Pasquier Merino, doctora en Ciencias Sociales, quien encabezó la charla virtual “Enseñanza y sustentabilidad: retos y propuestas”.

Durante la sesión del curso-taller “Educación integral en el bachillerato desde una perspectiva interdisciplinaria”, organizada por la Secretaría Académica del CCH, la maestra en Antropología comentó la importancia de que se actúe desde las aulas, en este caso en el bachillerato, para contrarrestar los efectos nocivos del cambio climático, así como diseñar estrategias que permitan una convivencia sustentable con el medio ambiente, pero entendiendo la crisis desde lo transdisciplinario.

Para ello, la académica estableció tres secciones en su presentación enfocadas a retos y perspectivas sobre la sustentabilidad y desarrollo sustentable; la educación: la construcción de desarrollos más sustentables; y estrategias de educación para el desarrollo sustentable.

Como primer punto, la especialista dijo que pese al debate entre los términos “sustentabilidad” o “sostenibilidad”, la prioridad debe ser atender la crisis ecológica con una perspectiva socioambiental desde su complejidad para asumir responsabilidades y poner en marcha soluciones.

“Solo podemos comprender estas problemáticas y atenderlas si tenemos una intención de entenderlas. No solo es ver que el agua está contaminada, sino conocer cuáles son los procesos sociales de gobernanza, de uso, percepciones culturales que han llevado a esta situación y en los que también se distribuyen los costos”, dijo. 

En ese sentido, añadió que los costos están relacionados con el impacto, es decir, se debe comprender que toda la sociedad resulta perjudicada ante la creciente crisis ambiental, sin embargo, el costo “es distinto entre los diversos sectores de la población, porque a mayor poder adquisitivo hay tendencia a una mayor huella ambiental”.

Por lo anterior, consideró importante que dentro de las aulas se analice la creación de estrategias construidas en función a las características sociales y saber qué necesitan las poblaciones, pues de esta manera “nos iremos acercando a la sustentabilidad”.

“Hemos normalizado tantas crisis en México, sabemos que hay contaminación, pero la gravedad del deterioro ecológico está rebasando los umbrales de muchos grupos de investigación consolidados, ya existe incertidumbre. Estamos viendo la punta del iceberg”.

Para sustentar estas afirmaciones, la investigadora presentó una gráfica del Informe Anual del Centro de Resiliencia de Estocolmo, sobre la medida de los Límites Planetarios. Con ella, reveló que de los tres rubros que ya se habían sobrepasado en 2009, en el año 2023 ya se superaron seis de los límites.

“Es importante pensar en las estrategias y darle prioridad a esta problemática, es fundamental que esté en las agendas políticas, pues las futuras generaciones serán quienes enfrenten las consecuencias más graves. Nos estamos comiendo los recursos del futuro. El cambio climático ya está presente en la cotidianidad”, expuso.

Aunado a ello, refirió que el proceso de deterioro ambiental va de la mano en el crecimiento de la desigualdad en los términos globales, entre países y regiones, lo cual repercute en que una mínima parte de la población acapare la mayor cantidad de los recursos, lo que afecta el desarrollo y bienestar de un gran porcentaje de la sociedad e impacta en las estrategias de sostenibilidad.

“Una mayor acumulación de capital permite también una acumulación de poder e injerencia en los procesos de gobernanza y toma de decisiones que generan esta crisis. Esto es resultado de un grupo de personas, las decisiones están siendo tomadas con el parámetro de obtener ganancias para el 1% del sector de la población, lo que está representando retos”, dijo.

Por lo anterior, recordó la importancia de retomar la propuesta del Informe Brundland de 1983, para entender la relación de igualdad social, crecimiento económico y problemática medioambiental, así como la iniciativa de los Objetivos del Milenio, pese a la polémica que desató, sí demostró la importancia de que los gobiernos atendieran la crisis ambiental.

Sobre la educación en la construcción de futuros más sustentables, la docente en el posgrado en Ciencias de la Sostenibilidad resaltó que la ONU determinó que dentro de la Agenda 2023 los estudiantes deben adquirir los conocimientos teóricos y prácticos para promover el desarrollo sostenible, mediante estilos de vida sustentables, con apego a los derechos humanos, hacia la igualdad de género y la promoción de la cultura de la paz.

En ese punto, reconoció que existen retos en cuanto a aceptar los contextos cambiantes en las aulas, la ansiedad que esta situación genera a los estudiantes, las visiones encontradas que pueden estar presentes en el diálogo, entre otros aspectos. 

Por último, consideró vital el generar una ciudadanía consciente y activa con estrategias de educación para el desarrollo sostenible desde una pedagogía y entorno de aprendizaje; la transformación de la sociedad con miras a un futuro sostenible; la evaluación de los resultados de aprendizaje y empoderar a las personas para que asuman su responsabilidad e integrar las cuestiones de sostenibilidad con todos los tipos de enseñanza-aprendizaje.

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