Georgina Barraza Carbajal

Georgina Barraza Carbajal

Deben capacitar a maestros ante la nueva relación con estudiantes

Georgina Barraza Carbajal
Deben capacitar a maestros ante la nueva relación con estudiantes

Georgina Barraza Carbajal, licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas e investigadora en Comunicación No Verbal,  reconoció que las emociones, muchas veces, incluso en conflicto, influyen en la percepción que los estudiantes tienen de la realidad, de lo que reciben de nosotros y pueden verse afectados; sin embargo, no hay una canalización de las emociones, ni siquiera una verbalización de éstas, por lo que se requiere investigar y capacitarse.

En entrevista, la participante del Congreso sobre la Investigación Educativa en el Aula desde la Experiencia Docente explicó que pese a la presencialidad, muchos estudiantes privilegian la información de fuentes que consideran fidedignas, en su mayoría, redes sociales (Instagram, Twitter, WhatsApp), lo cual influye en cómo interactúan con sus profesores y las emociones que se experimentan en las clases.

“Las redes sociales tienen más peso que la relación que establecemos como  profesores frente a grupo. Si bien es cierto que son generaciones acostumbradas al consumo de redes sociales, con la pandemia este fenómeno se exacerbó y no sólo se agudizó, sino que en la actualidad vemos que sigue influyendo en la relación entre estudiantes y profesores”, dijo la especialista.

En ese sentido, comentó que la relación alumno-maestro “se ve alterada por otra percepción del mundo, filtrada por las redes sociales, porque siempre que aprendemos algo, está vinculado a un tipo de emoción: si las emociones son negativas, finalmente tendrán un impacto negativo; también sobre el tipo de aprendizaje que van a adquirir los estudiantes”, dijo.

 

Cambió la experiencia docente

La doctora en Lingüística mencionó, a un año del regreso presencial, “que la experiencia docente, me atrevería a decirlo, es muy distinta a la que teníamos antes de la pandemia. No es que estuviéramos en pausa dos años, luego nos ponen el play y seguimos con lo mismo; no fue sólo en cuanto a herramientas que aprendimos a utilizar, sino también en la interacción uno a uno”.

Con el confinamiento, casi con amenazas de muerte, estábamos temerosos de salir porque no queríamos contagiar a familiares vulnerables, pero había que seguir siendo productivos”, recalcó la especialista.

Comentó que los estudiantes debían continuar con sus clases en un entorno no hecho para la enseñanza y el aprendizaje (la casa), y tenían que compartir parte de su intimidad. Además, ante la situación de estrés constante durante dos años, nadie ha hecho todavía una investigación sobre el estrés continuo, “lo que sabemos es que afecta gravemente la estructura fisiológica del individuo y sus procesos de cognición”.

Asimismo, Barraza Carbajal indicó que algunos estudiantes que terminaron un ciclo de vida, sea primaria, secundaria o bachillerato, no pudieron cerrar el círculo de manera física con su grupo, y, por otro lado, otros empezaron su curso desconociendo con quién tenían que interactuar, “porque lo hacían con una cámara, como si vieran una película”.

La profesora y coordinadora del Colegio de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras destacó que en la presencialidad “estamos ante otra situación de estrés gravísima: cómo aprendo a interactuar persona a persona y más habilidades. En muchos casos el alumno no lo ha podido desarrollar, porque lo hacía en la escuela y ahora muchas generaciones tienen miedo de contagiarse”.

Por lo anterior, explicó que los profesores “como no teníamos capacitación para usar un Zoom, ahora no la tenemos para el manejo del estrés y de la interacción de persona a persona con nuestros estudiantes y lo peor es que creemos que sí, pero no nos estamos comunicando al cien por ciento”; en ese sentido, es necesario contar con más herramientas para poder apoyar en las aulas, finalizó.

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