El cuento apareció en el año de 1931

William Faulkner

El cuento apareció en el año de 1931

William Faulkner
El cuento apareció en el año de 1931

Hay relatos o historias que quedan fijos en la memoria, aun pasen los años y se convierta el mundo en una distopía, entonces esa historia se hace mito o leyenda. En nuestro mundo, y a lo largo de los años, las guerras han fabricado héroes inmarcesibles y anécdotas entrañables u horribles.

Así como inicio este texto, con una divagación o reflexión, da comienzo “Todos los pilotos muertos”, cuento del escritor estadounidense William Faulkner, el cual apareció en 1931. Así da arranque esta historia:   

 

Es que están muertos todos los pilotos de antaño, muertos el 11 de noviembre de 1918. Cuando se ven fotografías modernas en las que salen ellos, las fotografías recientes, hechas junto a esas recientes formas de acero y lonas, con una cobertura abatible sobre el motor, con alerones articulados, parecen un tanto extravagantes: aquellos jóvenes delgados que en su día alardeaban, que se jactaban un poco.

 

Es la nostalgia de una fotografía, el objeto que detona la historia, una alegoría del pasado y lo inalterable, pues Faulkner, fiel a su estilo, va hacia atrás en el tiempo parea dar cuenta de un par de protagonistas, ambos militares, quienes viven una relación amorosa, una pelea por una mujer, a quien apodaban Kitchener (en referencia al general británico Herbert Kitchener).

Lo que logra el autor estadounidense es poner de manifiesto un tiempo que ya pasó, una vida que se va relegando por la velocidad de los tiempos que se viven, la violencia de la Primera Guerra Mundial que aplasta el presente y cada una de las familias que se van creando.

El telón de fondo de las historias nos permite ver el mundo de una sociedad estadounidense envuelta en el jazz, con una música que apela a la nostalgia y que, en esencia, fue creada por hombres que buscaron la libertad, en los tiempos de la esclavitud.

Cada una de las reflexiones de Faulkner, de su narrador, mejor dicho, concatena con un trazo de nostalgia, de una historia que se va enredando, que logra crear una leve tensión, una ligera sensación de conflicto todo el tiempo, pero que se diluye poco a poco con los constantes aportes del narrador de esta historia.

La profundidad de este texto permite tener una evocación de un tiempo que fue, pero no se ha ido del todo, está la caza de una hendidura que impulsa la memoria:

 

Y eso es todo. Eso es. La valentía, la temeridad, llámesele como se quiera llamar, es un destello, un instante de sublimación, y ¡zas! De nuevo la antigua negrura. Por eso, es por eso. Es demasiado fuerte para el pan de cada día. Y si fuera el pan de cada día, no sería un destello, un resplandor. Y por eso, por ser momentáneo, solo se puede preservar y prolongar en el papel: una imagen, unas cuantas palabras escritas que cualquier cerillo, una mínima e inofensiva llama que cualquier chiquillo puede engendrar, puede desaparecer en el acto. Una astilla de madera de tres centímetros de largo con la punta embadurnada de azufre es más larga que la memoria o el dolor; una llama no mayor que una moneda de seis peniques es más feroz que la valentía o el desaliento.

 

Para los alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades sería ideal conocer la obra de William Faulkner, quien forma parte de los autores más importantes en lengua inglesa del siglo XX, con una obra en la que se cuenta con Absalón, Absalón, Mientras Agonizo, El ruido y la furia, Luz de agosto, entre otras obras.

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