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Dramaturgia y dirección de Sofía Velarde

La obra expone el contexto de mujeres privadas de su libertad sin victimizarlas, ni melodramatizar la situación

Dramaturgia y dirección de Sofía Velarde
La obra expone el contexto de mujeres privadas de su libertad sin victimizarlas, ni melodramatizar la situación

Desde hace muchos años el teatro de denuncia ha dejado de ser atractivo para la gente que consume y, en consecuencia, para quienes hacen teatro.

Quizá porque más que asistir y ver una representación escénica a ser testigos pasivos de nuestros problemas, hay un mayor interés colectivo en acercarse a formas, que si bien los exponen, ofrecen salidas para enfrentarlos.

El problema del teatro que se limita a llevar los problemas que la sociedad enfrenta a las tablas, es que peca de panfletario, lo que necesariamente desgasta el interés de quien con ánimo visita las salas para, en voz del público, “apoyar” los proyectos teatrales.

Ocurre también que el teatro de denuncia utiliza formas que el público conoce y que ya están muy gastadas: la confrontación, el grito, la violencia, por ejemplo.

Estas son manifestaciones que, aunque en los años sesenta resultaban atractivas por novedosas, hoy en día ponen al público en un lugar incómodo y cerrado. Se le obliga a escuchar, a no participar de lo que ve, pero se le acorrala para que no pueda escapar de la confrontación.

Quizá esto en su momento influyó para que hubiera una reducción de los espectadores a las salas de teatro de la cual, incluso hoy en día, no nos hemos podido recuperar.

Así pues, el artista escénico contemporáneo busca decir, confrontar, poner en la mesa la posibilidad de reflexión y de comunicación con el público, sin alejarlo de las salas.

Para lograrlo parte de comprender el contexto en el que crea, buscando formas que ofrecen la posibilidad de conmover e importar.

La tarea no es fácil, pero Sofía Velarde lo logra con creces con su primer texto Una flor en cada amor, producción que también dirige y de la que forma parte del elenco.

Esta obra parte de un doloroso contexto en el que cada año miles de mujeres son privadas de su libertad, pero la forma se reinventa desde la escritura, pues lejos de victimizar o melodramatizar la situación, la dramaturga apuesta por aliarse con la poesía para profundizar en las mujeres personajes y explorar aquello que las hace únicas.

Su aproximación nos permite humanizarlas y activarnos como espectadores para conformar sus historias a partir de los guiños poéticos que de ella se nos brindan.

Por otro lado, la cohesión de la forma depende también de la dirección. La obra apuesta por ser un montaje no realista en la que cada personaje se construye a través del movimiento.

Libres de las ataduras del realismo, las intérpretes viven la emoción y conmoción de sus historias poniéndolas en el cuerpo.

De esta manera, la exploración física de cada momento por el que atraviesan les permite crear una plástica onírica y exigente, con elaboradas coreografías que siempre van de la mano con la acción dramática.

El resultado es tan conmovedor como eficaz, pues el diseño espacial que construyen los cuerpos atrapa al espectador en cada momento.

El diseño espacial está delimitado por la iluminación, el vestuario y el sonido.

Cada actriz lleva un vestido y un rebozo en la misma gama de color, mismos que surgen a partir de la situación del personaje. El rebozo juega un papel determinante en la construcción espacial, pues es utilizado en un sinfín de formas para crear los distintos lugares imaginarios o diegéticos que habitan los personajes.

La composición y musicalización en vivo estuvieron a cargo de Alejandra Hernández, el vestuario de Zai Campirano, la iluminación de Camila Cueto, quien junto con Salma Ramos, Yeya Lamadrid, Marcela Sandodi y la propia Ana Sofía Velarde, dieron vida a los cinco personajes.

Se trata de una producción de CAEYA Celestina. En IG @celestinarte y FB @CAEYA CELESTINA se pueden consultar las próximas presentaciones.

Vale la pena ver este espectáculo, pues su nivel de experimentación y compromiso con la situación del país son una combinación que resonará con fuerza entre la comunidad cecehachera.

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