Cecehacheros aprenden método de conservación

Curso-taller sobre química de los alimentos

Cecehacheros aprenden método de conservación

Curso-taller sobre química de los alimentos
Cecehacheros aprenden método de conservación

Estudiantes del plantel Oriente tuvieron un dulce y delicioso encuentro con la ciencia, gracias al curso-taller “Conservas de tejocote a través de la química”, que culminó a finales del semestre anterior en el Siladin local.

Durante la actividad de cierre, la organizadora del curso, la profesora Cecilia Espinosa Muñoz, comentó que, en esta ocasión, se elaboró mermelada de tejocote para que las 55 alumnas y alumnos asistentes tuvieran una experiencia práctica sobre la teoría química y aplicaran sus conocimientos.

El objetivo fue que, a lo largo de 10 sesiones de dos horas, conocieran los principios químicos que logran conservar frutos de temporada por mucho tiempo, por lo que cada equipo de cinco integrantes desarrolló los pasos del método científico, desde elaborar sus  hipótesis, establecer objetivos, planear el proceso experimental, comprobar resultados y presentar conclusiones.

De este modo, cada equipo expuso su trabajo y detalló los distintos pasos y técnicas que se siguieron para obtener su conserva. Asimismo, se explicó cómo se clasifican los alimentos dependiendo de su vida útil y sus distintas formas de conservación.

Así, a partir de la premisa de que el tejocote es un alimento perecedero por su moderado contenido de agua y otros nutrientes, las y los asistentes observaron que es posible alargar su caducidad mediante su transformación en mermelada.

La mermelada, aprendieron, surgió en Francia, en 1561, gracias al médico de la reina. El término alude a la conserva que se prepara con azúcar y fruta cocida y se elabora con materiales como parrillas, ollas de metal, palas de madera, coladores y frascos de vidrio para guardarlas.

Luego se detalló el proceso de elaboración, que incluyó retirar la cáscara y los huesos, obtener la pulpa, agregar azúcar y 100 ml. de agua, hervir y agregar 13 gramos de ácido cítrico. También se realizaron pruebas, como la de Benedict, para determinar la presencia de azúcares saturadas, la de Biuret para las proteínas y de yodo para detectar almidón, además de una prueba microbiológica.

Para cerrar la actividad, se presentaron resultados finales, como que el PH de la mermelada es de aproximadamente 3.5, que no cuenta con presencia de almidón, pero contiene proteínas, y que su concentración de azúcar es de 1.1 a 1.5%. Finalmente, se analizó la calidad de la mermelada por medio de técnicas microbiológicas, físico-químicas y sensoriales, lo que garantizó que era un producto apto para el consumo humano.

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