Priscila Alejandra Reyes Hernández

Priscila Alejandra Reyes Hernández

El arte puede ser el mejor escape para los jóvenes

Priscila Alejandra Reyes Hernández
El arte puede ser el mejor escape para los jóvenes

Construir formas a través del dibujo y la pintura es una afición que Priscila Alejandra adoptó desde pequeña, resultado de su natural curiosidad. Los ejercicios emprendidos de forma autodidacta pronto se complementaron con técnicas adquiridas en una escuela de artes visuales que le ayudó a perfeccionar sus obras y a verse en una licenciatura afín.

Sus materiales favoritos de trabajo, dice, son la acuarela y el óleo: “Me fascina dibujar, cualquier forma en la que pueda expresarme a través de papel, imágenes, figuras… No puedo estar quieta, sin hacerlo. Empecé a pintar desde los 9 o 10 años. Ahora es mi pasatiempo y mi pasión, y espero toda una carrera”, señaló la estudiante de quinto semestre.

Si bien llegó al plantel Naucalpan impulsada por su mamá, quien tiene en alta estima a la UNAM, ha encontrado experiencias memorables en el Colegio, como sus clases de latín y los talleres culturales. Estar aquí, considera, “es toda una aventura en la que, a veces, no se sabe qué pueda pasar, por la gran cantidad de estudiantes y actividades por realizar”.

Priscila gusta de realizar obras producto de su inspiración, pero también réplicas de artistas que admira, por ejemplo, tiene una versión de Un campo de flores rosas, de Vincent van Gogh, la cual ha llamado la atención y gustado mucho entre quienes pudieron apreciarla.

Ya vendió la obra para seguir adquiriendo materiales de trabajo y ayudarse en sus gastos, pues recuerda que el factor económico ya la hizo dejar en un momento la Escuela Superior de Dibujo y Pintura Artística, donde había montado sus primeras exposiciones.

La situación de pandemia fue especialmente estresante para ella por su necesidad de salir y ver la naturaleza que, junto con la muerte, son sus mayores inspiraciones.

“Me encanta el contraste entre algo decaído y algo muy vivo que llena de energía; esos lugares carcomidos en medio de la naturaleza, la cual parece recuperar sus dominios, eso me encanta. No poder hacerlo fue estresante”, dice, y tuvo que esperar más de dos años para retomar su afición por la exploración urbana, la cual le fascina.

Priscila aspira a convertirse en una pintora reconocida que pueda expresar y transmitir emociones a la gente, porque para ella, una pintura no tiene que ver solamente con el autor, sino con lo que lleva al espectador.

“El arte, en cualquiera de sus formas, es un escape para los que aún somos jóvenes y no sabemos cómo reaccionar, porque no tenemos un buen control de las emociones; esas obras nos inspiran a expresarnos de la manera correcta, de forma que los demás digan “¡Guau! ¡qué bien lo hizo!”, concluyó, no sin antes invitar a sus pares a darse una oportunidad con el arte. 

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