Soy maestra fundadora de la materia de Ética. Cuando empecé a dar clase en el plantel Sur, en 1974, fue el primer año que se impartía la asignatura en el CCH, viví una experiencia extraordinaria, pues significaba cambiar el Modelo Educativo de una educación tradicional.
El Colegio requería de profesores que dieran inicio dentro de un modelo novedoso y empezamos muchos jóvenes profesores la construcción del Modelo del CCH. Tenía un año de experiencia en la ENEF, de la SEP, y no contaba con ese entusiasmo que se vivió en los primeros años del Colegio con muchas transformaciones.
Llegué con mucho ánimo de iniciar una educación que en ese entonces se concebía como un modelo que rompía con la educación memorística.
Cuando entré en el Colegio, desde el primer día en el salón, los alumnos leían sus reflexiones sobre los temas y de forma muy dinámica dialogábamos, pues la enseñanza se definía porque el alumno fuera participativo.
En ese entonces, los alumnos eran muy comprometidos, los diálogos eran profundos, los alumnos reflexionaban los contenidos y la clase era totalmente dinámica, pues constantemente nos hacíamos preguntas, reflexionábamos en los valores éticos. Los alumnos se quedaban pensando en los temas durante varios días.
Fue una experiencia muy novedosa crear un Modelo Educativo que cada día significaba comprometerse con cada estudiante para hacerlo pensar en los temas de la materia.
Gran parte del Modelo Educativo del CCH consistía en realizar una enseñanza que no fuese enciclopedista.
Para hacer pensar a los estudiantes, los aprendizajes deben ser sencillos para que pueda obtener un conocimiento significativo.
El problema que veo en los programas del Colegio es que están saturados de temas y los programas son muy densos, con demasiada información.
El alumno también ha de ser capaz de construir un pensamiento complejo, que también posea las fuerzas de la vida como señala Edgar Morin.
Un aspecto importante que siempre he tenido como propósito de mi enseñanza es reflexionar en temas sencillos, en conceptos y teorías, pero comprensibles para un joven de 17 o 18 años, y el contenido es sobre la vida buena, la vida feliz y la vida dedicada al amor.
Uno de los principales puntos de mi enseñanza en filosofía es enseñar el valor de la libertad, tanto la libertad de estudio, como la libertad sentida en la propia piel.
En ese entonces los alumnos eran comprometidos y su libertad la asumían con responsabilidad.
La libertad la experimentaban al poder dialogar de los temas que ellos consideraban de importancia vital; si pensaban diferente, se escuchaban; si no estaban de acuerdo había un sumo respeto a lo que el otro pensaba y se dialogaba para entender las diferencias y establecer acuerdos.
Mi interés vital en mi docencia es que el alumno aprenda el significado de la vida buena, que consiste en buscar la felicidad a través de autoconocimiento, que piense en el significado del amor y aprenda a cuidarse a sí mismo a través de una dieta verde, pues eso contribuye al equilibrio de la biodiversidad.
Me parece importante que el Modelo Educativo del Colegio incorpore las nociones de aprendizaje de la neurociencia, que describe las funciones del cerebro para hacerlo saludable y llegue a la cognición profunda, por lo cual recomienda que se elimine el temor en la enseñanza, pues el miedo inhibe la atención del estudiante.
Mi principal anhelo en mi enseñanza es que el alumno aprenda el arte de vivir. Me atrevería a plantear que habría que agregar a los fundamentos del Colegio el aprender a vivir con armonía, con felicidad, con gozo, casi podría formularlo aprender a bailar y a deleitarse.
Hay propuestas como la de María Acaso, quien construye coreografías que interpretan temas y conceptos. Se pueden crear coreografías con temas específicos.
Si el alumno aprende de esta forma, su cerebro crea endorfinas que lo ayudan a pensar mejor y cuando piensa de forma brillante, puede contribuir con sus dones a un mundo mejor.
Considero que el Modelo Educativo todavía tendría que crear el desarrollo de lo espiritual, y este término no es religioso; significa que puedes adquirir un estado de conciencia mayor, que se obtiene con dieta solar; tu cuerpo y tu mente alcanzan niveles de comprensión significativa, desarrollas una psique que entiende mejor al otro, vives con serenidad y alcanzas la paz. La conciencia plena te conduce a ser amoroso y contribuir al bienestar social.
Esta propuesta implica que el Modelo del Colegio ha de trabajar con el pensamiento radial o el holístico que significa que incluye el buen razonar de forma serena, el cuidado del cuerpo, el desarrollo de la imaginación, la creatividad y obedecer al corazón.
Si se emplean las artes en las materias, puede el joven alcanzar un alto nivel cognitivo que lo capacita para crear soluciones innovadoras.
